Durante un evento en el auto show de Detroit el domingo, Mary Barra señaló que las decisiones de capital en la industria automotriz se toman con entre dos y cuatro años de anticipación.
La semana pasada, Trump amenazó vía Twitter con imponer un impuesto a General Motors por importar el compacto Chevrolet Cruz de Estados Unidos a México.
Cuestionada sobre si le preocupaba una posible tarifa, Barra dijo que era muy pronto para especular al respecto. Afirmó que la estrategia de General Motors tiene más en común con los objetivos de Trump en comercio y empleo, de lo que difiere en las posturas del mandatario electo.
"Estoy muy ansiosa por ser parte de una solución que le permita al país fortalecerse de la mano de los comercios, junto con nuestra capacidad de manufactura", dijo en un evento en el marco de la presentación de la nueva camioneta GMC Terrain.
El presidente electo acosa a la industria automotriz en un esfuerzo por hacer que las compañías dejen de fabricar autos en México y los trasladen de regreso a Estados Unidos, y así preservar empleos. También ha expresado críticas hacia Ford y Toyota.
La semana pasada, Ford canceló sus planes para construir una fábrica de modelos pequeños al sur de la frontera, pero anunció la creación de 700 nuevos empleos en Michigan. Sin embargo, la compañía aún planea trasladar la producción del compacto Ford Focus a una planta que ya existía en México.
Barra es parte de un grupo de directores generales que asesorará a Trump en temas económicos.