Son investigados por la justicia argentina por participar en transferencias por millones de dólares para adquirir condominios y departamentos en zonas lujosas de Nueva York, Miami, Uruguay y Suiza, como parte de una red internacional de empresas factureras con sede en Nuevo León.
Sin embargo, para estos accionistas, la realidad es otra. Viven en colonias populares de Monterrey y algunos hasta tienen su taller mecánico
El pasado lunes 3 de enero, la plataforma MILENIO-Multimedios reveló la investigación que realiza la justicia argentina que involucra a cuatro compañías fantasma con sede en Nuevo León por presuntamente formar parte de la red internacional que lavó 70 millones de dólares de Daniel Muñoz, ex secretario personal de los ex presidentes de la nación sudamericana, Néstor Kirchner y Cristina Fernández de Kirchner.
Un día después, esta casa editora publicó que Xangar Negocios, Jopa Negocios, Construcciones Bulin y Servicios Corporativos Rexhon también cobraron 34.9 millones de pesos como proveedores de siete municipios de Nuevo León, por lo que los diputados locales de Morena y Movimiento Ciudadano exigieron a la Fiscalía Anticorrupción abrir una investigación para citar a comparecer a los ex alcaldes involucrados.
Los prestanombres
Un ejemplo es Fernando Ramírez Méndez, uno de los “accionistas” de Xangar Negocios SA de CV, quien reside en la popular colonia Nueva Estanzuela en Monterrey… y trabaja de mecánico.
Familiares de Ramírez Méndez, quien reside en la calle Patrimonio número 198 de este barrio, confirmaron que vive con sus suegros en otra casa, y tiene un taller en el área de Mederos, ya que es mecánico. Aunque se intentó buscarlo, no se le pudo localizar.
José Antonio Ojeda Garza, quien aparece como accionista en Jopa Negocios SA de CV, residió en una vivienda de la calle Vicente Suárez número 1314, de la también popular colonia Terminal, y cambió de residencia tras perder su hogar.
“Ya no vive ahí hace varios años, ya se cambió, ahora vive otra persona. Trabajaba como empleado, creo que en Tubacero. Era muy noble. Tenía más de 30 años. No era empresario. Ellos perdieron la casa y se cambiaron”, dijo una vecina de la Terminal.
La ubicación de Jopa Negocios resultó ser un minidepartamento sobre la calle Vicente Guerrero 421, en el centro de San Nicolás. “Te voy a ser sincero, son departamentos, ya han desfilado por aquí policías, ministeriales. Se ha sabido que vendían colchas, (vinculados a) un fraude, la verdad, yo no sé. “Ahora vive ahí un muchacho, que vive solo, va al gimnasio, y ahí está su carro, quizás está bañándose, no sé”. Según datos del Registro Público de la Propiedad, el predio fue vendido a los hermanos Ortiz Cantú.
Al acudir al local número 10, rentado en una reciente plaza comercial sobre la calle Álvaro Obregón 701 en pleno centro de Monterrey, no parecería que estuviera ahí una empresa con transferencias por millones de dólares. Pero ahí fue la sede de la facturera Servicios Corporativos Rixhon, y ahora se ubica la empresa eFacturas-Mx, que señala en su acceso principal que corresponde a un software de ventas con facturación electrónica.
“Ya no están aquí ellos (Servicios Corporativos Rixhon), la oficina es compartida y estamos como tres empresas, no sabría decirle (desde cuándo) ya no está la empresa, ya no están registrados, ni siquiera en otra sucursal, desconozco desde cuándo, soy nueva aquí”, dijo la joven que atendió al reportero.
Francisco Gerardo Rivera Luján, otro de los accionistas de Xangar Negocios y Construcciones Bulin, aparece con domicilio en una casa-habitación de la calle De los Ángeles número 770 de la colonia Privadas del Ángel en el municipio de Escobedo, según las escrituras públicas 21,314 de la primera. Bulin no aparece en el Instituto Registral y Catastral de Nuevo León, ya que la compañía fue tramitada en forma digital.
El pasado 2 de diciembre, agentes federales detuvieron al regiomontano Isaac Eugenio Esparza Hidalgo, contra quien existen señalamientos en Argentina de ser un personaje clave en la red de lavado de Muñoz.
A Esparza se le identifica como el director de empresas fantasma que sirvieron para comprar terrenos en las islas Turks y Caicos, los cuales costaron 30 millones de dólares; el resto del monto fue utilizado para adquirir 18 condominios e inversiones en Estados Unidos, Argentina, Uruguay y Suiza.
Rja