En el municipio de Huaquechula se vive la tradición de Día de Muertos de una manera única con los tradicionales altares monumentales que miden hasta seis metros de altura.
Un total de 40 casas y espacios públicos abrieron sus puertas para recibir a los turistas, que desde que llegaron a este lugar se encontraron con catrinas gigantes, alebrijes, un corredor de flor de cempasúchil, una calle simulando un cementerio y la verbena popular.
Los caminos de pétalos de flor de cempasúchil son los que guían a los visitantes a las casas en las que esperan a algún ser querido.
Todos los integrantes de la familia hacen guardia en su altar, en el que colocan la comida favorita de sus difuntos, pan de sal, rosquete, hojaldras, pan de muerto, fruta y otros artículos.
En la casa de la familia del señor Armando León, colocaron cartulinas con pensamientos, arreglos florales y de globos para recibirlo en el Día de Muertos.
Otro de los hogares que abrió sus puertas fue el de la familia del señor Adolfo Téllez Salamanca, que hace unos días cumplió un año de fallecido y su esposa, la señora Julieta Avendaño, lo espera con alegría, pero también con dolor por su partida.
Las nuevas generaciones continúan con la elaboración y colocación de los altares de tres niveles, que representan el plano terrenal, intermedio y el espiritual, como es el caso de América Leal, que recuerda a su abuelita Teresa Juárez en su primer año de fallecida.
Doña Tere, como le decían sus seres queridos, era una mujer muy querida por la población, ya que junto con su esposo, elaboraban nieve de sabores únicos, uno de los más recordados es el de arroz con leche, por lo que en su altar le colocaron sus utensilios para hacerlo.
Comentó que sigue estas tradiciones por el legado de sus abuelos y para que la visiten cada año, con el objetivo de compartir a los visitantes quienes fueron.
Los turistas disfrutaron de los recorridos guiados, las atracciones, actividades y de la gastronomía de la región como el tradicional mole, tamales, chocolate y pan.
AGA