En el municipio de Huaquechula, familias trabajan en la elaboración de los altares monumentales de manera tradicional, sin embargo, la profesionalización de este arte avanza y evoluciona de la mano de artistas locales que han añadido elementos nuevos a la elaboración de las obras que requieren de hasta tres meses de planeación con la única intención de rendir culto y respeto a los difuntos.
Durante el periodo del 28 de octubre al 2 de noviembre, en el municipio de Huaquechula, las familias locales serán anfitrionas de propios y extraños en un total de 40 altares monumentales, mismos que como cada año fueron construidos con diferentes materiales pero con una misma intención: homenajear a sus difuntos de la mejor manera en su primera visita como ánima en Día de Muertos.
No obstante, las tradiciones de Huaquechula han requerido de ciertas adecuaciones para continuar vigentes ante una pérdida de artistas y desinterés en los jóvenes de la localidad.
“En los último cinco años, Huaquechula ha tenido pérdida de capital humano en cuanto a artesanos. Desgraciadamente, las nuevas generaciones, por temas o influencias ajenas a nuestra comunidad, han perdido ese sentido de identidad”, relata Carlos Ismael Ponce Vargas, joven artista que se ha dedicado a perfeccionar su trabajo durante los últimos siete años a través de Arte Monumental, proyecto donde integra a jóvenes locales y foráneos para mantener vigente las tradiciones de su municipio.
- Comunidad
Cabe señalar que Carlos ha optado por incorporar artistas femeninas a su equipo de trabajo, pese a que en la tradición los altares son solo creados por hombres. Asimismo, Arte Monumental se encargará de realizar un total de 12 piezas de gran tamaño en la localidad y aunque cada altar debe realizarse con respeto, empatía y comprensión, este 2022 la casa de Ana María Camacho Vivaldo albergará una de las ofrendas más impresionantes del municipio.
En entrevista, señaló que don Francisco Rodríguez pereció durante 2021 y aunque era originario de Tlaxcala, su amor a doña Ana María le llevó a conocer a fondo las tradiciones de Huaquechula, por lo que pidió a su esposa que el día que partiera de este plano fuera enterrado en el municipio poblano y se erigiera un altar monumental en su honor. Por ello, su esposa e hija, con ayuda de todos sus familiares, buscaron desde junio la ayuda de Carlos para realizar la obra.
En este altar, los artistas y familiares hicieron uso de más de 250 metros de tela blanca, más de 50 metros de tela dorada, 25 mil grapas, 40 focos y aproximadamente 10 mil pesos en madera, junto con 150 piezas de papel picado y 50 metros de galones dorados; todo ello utilizado durante las últimas dos semanas en horarios de las 6 de la tarde a 2 de la madrugada para concluir la obra en tiempo y forma.
Aunque la realización de estas obras lleva de 36 a 48 horas de trabajo, el costo económico es sumamente elevado, sin embargo, a decir de doña Ana María, vale el esfuerzo familiar para mantener en pie la promesa que hizo a su esposo.
Por último, doña Ana María aseguró que este altar ha encendido un interés en sus nietos y bisnietos por conocer más sobre las tradiciones de Huaquechula.