El altar de muertos es un elemento fundamental en el conjunto de las tradiciones del Día de Muerto en México, aproximadamente, esta tradición inició en 1659, en el centro del país, donde se brinda como ofrenda, velas, flores y objetos de uso cotidiano de quienes han fallecido.
Samuel Gómez Luna Cortés, presidente de la Benemérita Sociedad de Geografía y Estadística de Jalisco, dijo que el altar de muertos hace referencia a los tres estados que podía pasar el alma: tierra, purgatorio y la gloria.
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“El altar lo podríamos ejemplificar que tiene tres niveles, una tradición sería hablar del pasado, presente y futuro. Otra evidentemente cristiana, tendría que hacer referencia a la santísima trinidad, pero también a los tres estados que podían pasar el alma: tierra, purgatorio y la gloria”, manifestó Gómez Luna.
El también cronista de Jalisco, detalló que para el mundo prehispánico, al momento de que las personas fallecían, podía tener tres destinos: el héroe, paraíso o el mictlán.
La ofrenda de muertos debe tener varios elementos esenciales como por ejemplo la flor de cempasúchil, la cual florece en estas fechas. Incienso, mirra y luces para que el difundo sepa encontrar su camino. Además una cruz de sal y una de ceniza, agua y jabón para que el ánima se lave y purifique.
“En estos tres niveles se acostumbra en la parte superior poner una fotografía o un retrato del difundo y a su vez una imagen religiosa para hacer alusión de que se encentra con Dios padre y gracias a ese permiso se va a permitir abrir una especie de portal místico para que los seres del más allá puedan convivir con nosotros”, explicó el cronista tapatío.
Luna Cortés detalló que para los jaliscienses los altares de muertos no existían si no que se acostumbraba a colocar altares a la Virgen de Dolores o el altar al ánima. Además añadió que a lo largo del tiempo, cada generación le ha ido sumando nuevos elementos o reemplazándolos, pero lo importante es que la tradición prevalezca y siga viva en las y los mexicanos.
“Lo importante es que el altar siga y que nos representa como mexicanos de una manera esplendorosa en el mundo”, explicó Gómez Luna.
El 1 de noviembre, los altares son en conmemoración de las niñas y niños fallecidos, mientras que el 2 de noviembre, se honra a los adultos difuntos.
AA