El 65 por ciento de los recursos hídricos es utilizado en el sector agrícola de Nuevo León, de acuerdo con datos de la Comisión Nacional del Agua (Conagua), y de este porcentaje un 57 por ciento se desperdicia debido al mal aprovechamiento del recurso, pues se pierde por evaporaciones, infiltraciones, fugas o infraestructura ineficiente.
De acuerdo con Ramón Morga, presidente del Consejo de Cuenca del Río Bravo, el 84 por ciento del agua de esta cuenca se utiliza para el uso agrícola.
Frente a la escasez de agua en Nuevo León, se han buscado formas para disminuir el desperdicio en todos los sectores. En el sector agrícola se recomienda la tecnificación como una de las soluciones para reducir el consumo y el desperdicio, además de mejorar las condiciones agroecológicas.
Los principales procesos de tecnificación son: por gravedad, que se divide en multicompuertas, mangas y por impulsos; por aspersión, que trata de simular la lluvia controlando el tiempo y la intensidad; por microasperción, que utiliza el riego localizado en forma de lluvia; por goteo, que permite la aplicación de agua y fertilizantes en la zona radicular; y la exudación, que se aplica en forma continua, mediante un tubo poroso.
Ventajas para la agricultura
De acuerdo con datos de la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural, al tecnificar el riego es posible reducir hasta un 70 por ciento del consumo del agua respecto a los sistemas tradicionales, además de que estas técnicas generan diversas ventajas para los productores.
Entre las principales ventajas de la tecnificación se encuentran: aplicar el agua de forma localizada, continua, eficiente y oportuna; se adapta a cualquier suelo y condición topográfica; se fertiliza y controla las plagas en paralelo; evita el desarrollo de maleza, plagas y enfermedades; permite aplicar agua y fertilizante; favorece la producción y desarrollo de plantas y permite alcanzar el 95 por ciento de eficacia en la aplicación.