La difícil situación de los adultos mayores

Por décadas el panorama para los adultos mayores en México y en el mundo ha sido complicado, enfrentando muchas veces el olvido de su propia familia.

La díficil situación de los adultos mayores en Nuevo León y en México. | Archivo
Monterrey, Nuevo León /

Me encontré hace una semana a un compañero de la primaria con quien conviví en el colegio José Calderón, de 1947 a 1952, y al que había visto por última vez hace 30 años en una cena de la generación.

Me preguntó que si había oído el término “La casita de atrás”. Mientras él atendía una llamada que le llegó a su celular, yo busqué en mi celular y encontré que “La casita de atrás” es un espacio propio para jóvenes mujeres que opera en Tucumán, Argentina; también que la casa de Ana Frank, donde vivió escondida dos años durante la Segunda Guerra Mundial, en algunos libros la llamaban “La casita de atrás”.



Mi amigo se rió y me explicó lo que para él era esa casita: “Es a donde me mandaron mis familiares cuando ya signifiqué una ‘carga’ para ellos y decidieron rentarla”. Él sabía que eso estaba ocurriendo con muchos adultos y adultas mayores aquí en Monterrey.

Esa conversación, me llevó a pensar en mi amigo don Fernando Ancira Flores, quizá la única persona en todo Nuevo León que ha dedicado 50 años de su vida al apoyo, orientación y ayuda a los adultos mayores.

Esta semana volví a hablar con mi amigo Fernando de su labor por la dignificación de la vejez en México.

La primera vez que platicamos…

Yo tenía 35 años, llegué con don Jesús D. González, primero: “Te voy a llevar con Benavides para que te haga una entrevista, pero sí ponte lentes, sin aumento, porque pareces muy joven para el proyecto tan grande que tienes”.

Fernando, platícame cómo nace tu proyecto, ese sueño que convertiste en realidad.

Cuando estuve en el despacho Santos de la Garza Elizondo y estuve casi 25 años, pero a los 35 dije: “Creo que ya es suficiente”. Ya había ganado mucho dinero y decidí: “Voy a dejar todo y voy a hacer algo por los demás”, sin saber todavía qué iba a hacer. Entonces renuncio y me voy con la familia a Dublín, Irlanda.

En ese tiempo conocí una ancianita en un parque que se llama Parque Fénix, un parque enorme muy bonito. Conocí a esta ancianita a quien noté muy triste, como que algo le pasaba, y empecé a platicar con ella. Me dijo: “Estoy muy triste porque ya me queda poca vida y tengo nada más una hija” y la hija vive en Londres, pues le hablo, le digo que estoy muy enferma, pero no le veo ningún interés en apoyarme, y yo realmente ya me siento muy mal.

Eso me motivó mucho y le dije: “Deme su dirección”, y yo le mandé una carta. Una semana después vino su hija por ella y se la llevó a Londres. Y ahí yo pensé: “Si esto pasa aquí en Dublín, ¿qué pasará en México?”.

Entonces al regreso a Monterrey lo primero que hice fue visitar a la gente mayor en los municipios de Nuevo León y me encontré con situaciones muy tristes.

¿En qué año?

Yo tenía 36 años… hace 50 años, en 1973.

¿Y qué encontraste?

Visité varios municipios. Primero fui al municipio donde nací, Bustamante. Ahí me comuniqué con muchas personas mayores; luego pasé a Allende, Juárez, y así me doy cuenta del serio problema que había. Muchas personas mayores que ya están en una situación que requieren del apoyo de toda su familia, pero desgraciadamente muchos hijos e hijas se olvidan de sus padres y llegan a edades avanzadas, y los hijos prácticamente los olvidan.

¿Qué es lo que se puede mejorar con toda la experiencia de ustedes en la Fundación Pro Bienestar del Anciano, AC?

Es muy importante seguir con la concientización para que los ancianos puedan tener un mejor trato y llevar una vejez más feliz, pero sí hay que reconocer lo que el Gobierno federal hizo al ayudar a todos los mexicanos mayores de 65 años, porque la mayoría son personas pobres con cantidades chicas, pero que de algo ayudan.

En esto, mi estimado Fernando, tú nos puedes ayudar solicitando a la procuradora de la Defensa del Adulto Mayor, Leticia Palomino Herrera, que convenza al gobernador Samuel García y al presidente López Obrador que firmen el convenio de 50 por ciento y 50 por ciento de Estado y Federación para ayuda económica de personas mayores de 30 años con discapacidad, de las que ya hay muchas registrados desde el año 2018.

Hasta ahora, cerca de 20 entidades de la República ya firmaron ese convenio, ¿por qué no Nuevo León?

Ya hay conciencia sobre esto. Ya los DIF tienen muchos programas, tienen apoyos para gente mayor, incluso para personas de muy baja condición económica. Estamos apoyando a unas mil personas con despensas, con ayudas económicas y hay otras instituciones que también están apoyando, como la Procuraduría de la Defensa del Adulto Mayor.


  • Situación de los adultos mayores en Nuevo León
  • Arquitecto Benavides




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