Entre los escombros de lo que alguna vez fue su hogar, y con una fogata improvisada fue como la familia Ortega pasó la noche, luego de que su casa fuera demolida en el operativo ‘Miramar a salvo’.
“La pasamos muy mal, con mucho frío. Aquí tenemos a los niños, además no cabíamos todos en el carro, por lo que estuvimos en la intemperie, así como nos dejaron”, cuenta Fernanda Ortega, afectada por el derrumbe de su casa.
Marco Antonio Ortega asegura que su familia aún no tiene a donde ir. Tres años atrás, la familia Ortega adquirió su terreno en el cual fueron construyendo su vivienda en dos pisos.
Al momento que las autoridades arribaron a la finca de la familia Ortega, les dieron 10 minutos para sacar sus pertenencias, Marco intentó demostrarles que su familia había pagado por su terreno a la casa ejidal de Santa Ana Tepetitlán.
“Quien nos vendió está cometiendo una irregularidad, nos engañó, ellos nos dijeron que no podían hacer nada, que ellos nada más fueron enviados a tumbar las casas”, contó Marco Antonio Ortega.
Marco aseguró que compraron el terreno de siete por 18 metros en 130 mil pesos, además lamenta la pérdida de todo el dinero que invirtieron en la construcción de su casa.
"Todo el dinero se trabajaba y se iba metiendo ahí y ahora nos dejan en la calle", asegura Marco.
Habitante compró el terreno del que fue desalojada
Maribel Sánchez es una de las personas afectadas por la demolición de las casas de arroyo ‘El Seco’. Impotencia, enojo y tristeza al ver cómo su patrimonio de vida se terminó en cuestión de segundos, fue lo que sintió la familia de Maribel, cuando elementos federales llegaron a desalojarlos.
"El trabajo de años se destruyeron en un segundo y todavía con burlas, eso es lo que duele en el alma, porque se burlan del sacrificio y todo lo que hicimos”, cuenta Maribel.
Maribel cuenta que se estaba asesorando legalmente cuando llegaron a desalojarla.
"Cuando llegaron a sacarnos yo les dije que me permitiera porque yo estaba hablando con un licenciado para saber si nos podíamos amparar y ellos me dijeron que no, que se iba a demoler sí o sí", afirmó la mujer afectada.
Mirabel compró su terreno al Ejido de Santa Ana Tepetitlán, por el cual pagó una cantidad de 120 mil pesos, a plazos y con sacrificios, asegura.
En 10 minutos Mirabel y su familia lograron sacar lo indispensable de su hogar y pudieron resguardarlo en casa de su vecina.
"Guardamos camas, refrigerador y estufa, lo básico, en casa de una vecina, bendito dios también nos dejó dormir en su casa, no hay otro lado a dónde irnos" cuenta Maribel.
AAM