La instalación de reductores de velocidad en el kilómetro 225 de la carretera 57, en Arteaga, Coahuila, fue retirada este lunes tras las quejas y presión de la ciudadanía, quienes reportaron filas de vehículos de hasta 17 kilómetros, lo que complicaba el tránsito y aumentaba el riesgo de accidentes.
La medida, implementada el fin de semana por Caminos y Puentes Federales con el objetivo de mejorar la seguridad en esta peligrosa zona, no cumplió con las expectativas.
Los reductores, que obligaban a conductores a detenerse casi por completo al cruzar, habían generado un colapso en la circulación que se extendía desde el ejido Los Llanos hasta la entrada a San Antonio de las Alazanas; a pesar de que el lunes por la mañana el tráfico fue más ligero, la situación fue insostenible durante el fin de semana, llevando a las autoridades federales a retirar los bordos.
Conductores y expertos coinciden en que la colocación de estos reductores no era una solución integral para mejorar la seguridad en esta pendiente crítica, que ha sido escenario de numerosos accidentes, sino una medida temporal que sólo incrementó el caos vial.
Reductores ocasionaron largas filas
Durante el fin de semana, Caminos y Puentes Federales (CAPUFE) instaló bordos reductores de velocidad en el kilómetro 225 de la carretera 57, en el tramo conocido como “Los Chorros”, con el objetivo de mejorar la seguridad vial en esta zona crítica.
Sin embargo, los reductores han provocado que los camiones de carga se detengan casi por completo al cruzar, lo que ha generado largas filas de hasta 17 kilómetros de vehículos, especialmente en horas pico.
A pesar de que el lunes por la mañana el tráfico fue relativamente ligero, el fin de semana se reportaron severas congestiones; los reductores de velocidad, colocados en dirección al norte, están ubicados en el inicio de la pendiente, una zona que históricamente ha registrado numerosos accidentes debido a la pérdida de control de los vehículos pesados.
Si bien estos bordos son una medida temporal para moderar la velocidad, el problema persiste al llegar al kilómetro 230, donde los camiones retoman su velocidad normal, incrementando nuevamente el riesgo de accidentes. Los expertos y conductores sugieren que la instalación de reductores no es una solución integral, sino una medida paliativa, y que la verdadera solución vendrá con la rectificación del tramo carretero.
Se espera que la Federación destine los recursos necesarios para realizar estas obras estructurales, consideradas fundamentales para mejorar la seguridad y evitar más accidentes en este tramo crítico de la carretera 57.
JVS