Arzobispo de Monterrey pide no excederse con alcohol en fiestas decembrinas

Rogelio Cabrera recomendó medirse ante los excesos en estas fechas.

Arzobispo de Monterrey. | Especial
Monterrey, Nuevo León /

El arzobispo de Monterrey, Rogelio Cabrera López, recomendó a los ciudadanos a no excederse con el consumo de bebidas embriagantes durante las fiestas decembrinas.

En su mensaje dominical, el también presidente de la Conferencia Episcopado Mexicano recomendó medirse ante los excesos en estas fechas.

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"No olvidemos reconocer la importancia de moderarnos en el consumo de bebidas embriagantes, cuidémonos y cuidemos a nuestras familias, éste es un tiempo para festejar en la unidad y en la alegría, no dejemos que los excesos manchen la dicha de estos días", dijo.

Cabrera López pidió que, ante las bajas temperaturas, quienes lo necesiten, recurran a los resguardos con los que cuenta el Estado, y que las parroquias y Cáritas están para servir.

"Quiero invitar a vivir la caridad en este momento difícil que nuevamente atravesamos por el tema de la salud, especialmente vamos a cuidar a los que tienen frío ayudándolos a sobreponerse a estas dificultades del tiempo", señaló el arzobispo de Monterrey.

Por otra parte, Cabrera López informó que el Seminario de Monterrey, celebra 230 años de su fundación, que impulsó monseñor Andrés Ambrosio de Llanos y Valdés, tercer obispo de Monterrey.


¿Por qué nos da más antojos en invierno?

Así como en temporada de verano la temperatura corporal aumenta, en la invernal el frío provoca que baje la temperatura del cuerpo y, para recuperarla, nuestro organismo nos pide más calorías con antojos de carbohidratos, alimentos dulces y con grasa.


Basta con que el cuerpo esté dos o tres grados por debajo de los 36 grados centígrados a los que normalmente se encuentra, para que el antojo aparezca, aun cuando en un país con altos índices de sobrepeso y obesidad la mayoría de las personas tienen suficientes reservas para hacer frente a esta condición.

"El frío no aumenta nuestra demanda de energía, sino el descenso en la temperatura de nuestro cuerpo, ya que el cuerpo produce calor a través de los temblores en los músculos al titiritar, la necesidad de movernos constantemente y lo que se conoce como 'efecto térmico de los alimentos', que se da después de comer", señaló la nutrióloga Ana María González.

Todas estas calorías extras que gastamos para mantenernos calientes se compensan no sólo con el aumento en nuestra sensación de hambre, sino también con nuestro antojo por comidas y bebidas calientes, muy dulces o con alto contenido de grasas.

Incluso existe la teoría de que hay una memoria genética que nos lleva a aumentar nuestras reservas de energía en la temporada de bajas temperaturas.

Al gastar energía para mantener el calor corporal y haber una demanda extra de energía aumenta el hambre, pero hay que tener cuidado para no dar rienda suelta a los antojos pensando en que el frío compensará esa ingesta.



mvls 

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