Al considerar que la migración actualmente es forzosa para quienes llevan un camino difícil, el arzobispo Rogelio Cabrera indicó que el deber es apoyar y no perder la misericordia en Nuevo León.
En entrevista para el programa Cambios, conducido por Víctor Martínez Lucio, Monseñor Rogelio Cabrera López, arzobispo de Monterrey habló del tema de los migrantes que han llegado recientemente a tierras regiomontanas.
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"Ahora hay un cambio en la migración, es migración forzada, es decir, la gente no tiene otra opción más que salir y por eso hay también un deber de parte nuestra que es apoyar yo siempre he elogiado a esta sociedad de Nuevo León, que no hemos dejado solos a los migrantes, que nuestras casas de acogida nunca ha faltado el pan”, declaró el arzobispo.
Por otro lado, en el tema de las vacaciones de Semana Santa, Monseñor las calificó como “sagradas”, pues consideró que se deben aprovechar para pasar a lado de los seres queridos.
"Me da gusto que gocen sus vacaciones, las vacaciones también son sagradas, es decir, es oportunidad de santificarse, porque cuando tú das cariño y amor a la gente con la que convives estás viviendo la experiencia divina. Ha sido esta una semana Santa, porque ha sido oportunidad de santificarse junto con las personas que quieres mucho".
Para el domingo de pascua, hay dos virtudes que Cabrera López asegura quedan en todos, como lo son la alegría y la esperanza.
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"Lo más bonito es que la Pascua, la resurrección nos deja a nosotros dos virtudes muy importantes, siempre y de manera especial ahora, la alegría y la esperanza. Creo yo que si nos conservamos en la alegría podemos transmitir a otros mucho cariño."
Para quienes no profesan el catolicismo y también por alguna razón son ligados a la semana mayor, Monseñor considera que debe de igual manera ser compartido con ellos, la alegría y esperanza que se vive durante estas fechas es algo que no es exclusivo de los creyentes.
"Si los católicos, los cristianos hacemos esta fiesta que nos da alegría y esperanza, creo que esta se puede compartir. La alegría es un patrimonio humano, no es exclusivo de un creyente y creo que la fiesta de la Pascua es fiesta de alegría y este es un valor que cualquiera percibe, y creo que si ves a otro sonreír, si lo ves contento, pues eso también te reditúa a ti alegría".
El arzobispo concluyó diciendo que se debe mantener un pueblo unido, fortaleciendo los vínculos de caridad y las obras de misericordia, además agradeció a los que se entregan por el bien de la comunidad.
mvls