Tras el asesinato de Adolfo Enríquez Vanderkam, su sobrina Aratxa Mayagoitia Enríquez, pide justicia por la muerte del defensor de los Derechos Humanos y declaró que, “no hay confianza, hemos perdido mucho la confianza de la justicia y en las autoridades”.
Aratxa Mayagoitia, comentó que él sabía lo que se arriesgaba, no obstante, señaló que es una situación que nunca se espera vivir, por el momento doloroso. Enfatizó que, después de todo el esfuerzo que ha hecho por la sociedad, haber terminado tirado en la calle con 30 balazos, es inexplicable saber que termino así.
Manifestó que, hoy en día están viviendo en una sociedad ultraviolenta y donde no hay ley, por lo cual, espera que se haga justicia. Lamentó que tenga que ser con su tío y por presión social que ha generado la muerte del activista.
“Si me han estado haciendo preguntas, si les di entrada a su casa porque están investigando, pero definitivamente pues no a mí en lo personal, no me han dicho ningún avance, nos dijeron que iba a estar abierto para que nosotros checáramos lo que ellos están haciendo. Espero que de verdad se haga algo de verdad, pero pues la verdad es que no hay confianza, hemos perdido mucho la confianza en la justicia y en las autoridades”, declaró Aratxa.
A su vez, agradeció a los leoneses por el cariño que han mostrado en redes sociales, al acudir al lugar de su muerte y acercarse a brindar apoyo a la familiar.
“Estoy sumamente agradecida, él siempre se dio a la gente el vivió por la sociedad leonesa y murió por su trabajo, realmente se agradece que lo tengan en sus corazones que lleven esos corazones que se hayan tomado el tiempo de ir al lugar, nosotros no pusimos nada, yo cuando llegué ayer en la noche y vi todo, vi gente preparándose y llegando a rezar a dejar cosas niños, que bonitos que ayudó mucha gente le ayudó, pero realmente no era su labor”, expresó Aratxa.
Asimismo, indicó que su tío llevaba alrededor de 10 años o más denunciando, sin embargo, mencionó que se tomaba un pequeño break, por las presiones que tenía tras morir su madre, a pesar de ello, él siempre estaba al pie del cañón para quien lo necesitara y a la hora que fuera.
“Pues él siempre decía que aguantaba bara, literal así decía, yo aguanto bara, porque él creía en lo que hacía y yo creo que la mejor forma de verlo es que él murió caminando en la calle del centro, lo que hacía lo hacía por la gente, y él creía que la protección venía de Dios y de la gente y me queda claro que sí, porque realmente Dios lo sostuvo por muchísimos años por muchísimos años en todo esto que hacía”, externó Aratxa.
Por último, Aratxa Mayagoitia, precisó que la línea de investigación tiene que ser por su labor social que realizaba, debido a que tenía tantas amenazas de muerte.
Subrayó que, no tienen miedo, puesto que ellos no se dedican a esa labor, dado que, Adolfo ya tenía esa actividad muy estructurada y resaltó que por parte de su familia no tienen intención de seguir haciendo esa actividad.
“No tenemos miedo porque nosotros nunca hemos estado involucrados en eso. Yo no tengo nada de miedo. Yo sé que llegaron directamente con él que no intentaron hacerlo ni en la taquería, ni cuando él estaba con otras personas, o sea fue directamente con él. Nada más era para él, y es normal porque querían callar su voz, quien quiera que haya sido”, concluyó Aratxa.