La violencia que afecta al estado de Guanajuato, principalmente debido a la pugna entre el Cártel de Santa Rosa de Lima (CSRL) y el Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG), comienza a tener un impacto significativo en el estado vecino de Querétaro, evidenciando una expansión de conflictos y de las actividades delictivas.
Este fin de semana, el ataque en el bar 'Los Cantaritos' de Querétaro, que resultó en la muerte de diez personas y dejó a trece heridos, es un ejemplo de esta ola de violencia. Según el especialista en seguridad David Saucedo, estos hechos estarían relacionados con la disputa entre ambos cárteles.
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Durante una entrevista, Saucedo explicó que Querétaro, debido a su proximidad y a su papel estratégico como “retaguardia” para el CSRL, ha mantenido una relativa paz al evitarse enfrentamientos de alto impacto en su territorio. Sin embargo, ante los intentos de CJNG de eliminar esta ventaja táctica del CSRL, el conflicto se ha extendido hacia este estado, intensificando la violencia en Querétaro.
Según el especialista, "la geopolítica de esta guerra del narco" implica que mientras el CJNG necesita desplazarse desde Jalisco, el CSRL tiene fácil acceso a Querétaro desde sus bases en Villagrán y Celaya, ambas ubicadas a menos de una hora de distancia.
Querétaro, un "santuario" estratégico para el CSRL
Históricamente, Querétaro ha funcionado como una base para actividades de bajo perfil como el narcomenudeo y el robo de combustible, además de ser un refugio seguro para los miembros del CSRL. "Es su santuario", comentó Saucedo, señalando que el grupo ha forjado alianzas locales que le permiten operar con cierta libertad. Con el avance del CJNG en el estado, se espera que aumente la presencia y las actividades violentas en este territorio, ya que ambos cárteles están decididos a controlar la venta de drogas y el mercado delictivo local.
El estado de Querétaro se había mantenido ajeno a los altos niveles de violencia de Guanajuato, debido a una política de negación por parte de sus autoridades, quienes han reiterado la ausencia de grupos del crimen organizado en el estado. Sin embargo, tras los recientes ataques, el gobernador de Querétaro ha anunciado medidas de blindaje fronterizo. No obstante, como advierte Saucedo, el conflicto ya no puede contenerse mediante estrategias externas, pues ahora se desarrolla dentro del mismo estado.
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La masacre en Los Cantaritos
El bar 'Los Cantaritos' , un popular local en el centro histórico de Querétaro, se convirtió en el escenario de una violenta masacre la noche del sábado 9 de noviembre, cuando cuatro individuos armados irrumpieron y abrieron fuego, dejando a diez personas fallecidas y a trece más heridas.
Este ataque generó terror entre los presentes, quienes disfrutaban de la música y del ambiente nocturno hasta que el sonido de los disparos transformó la noche en una tragedia. Los cuerpos de emergencia se apresuraron a atender a las víctimas y lograron detener a uno de los implicados, además de asegurar el vehículo utilizado en el ataque.
A medida que avanzan las investigaciones, las autoridades continúan sin proporcionar información detallada sobre los móviles específicos del atentado. Sin embargo, esta violencia se considera un reflejo de la creciente presencia de los cárteles en Querétaro, y un indicativo de la expansión de la pugna que por años ha devastado Guanajuato.
De acuerdo con la más reciente Encuesta Nacional de Seguridad Pública Urbana del Inegi, en Quéretaro sólo 38.3 por ciento de su población mayor de 18 años consideró que vivir en su ciudad era inseguro.
Lo anterior colocaba a la capital queretana como una de las ciudades con mayor percepción de seguridad para vivir en todo el país, sólo detrás de ciudades o alcaldías como San Pedro Garza García y San Nicolás de los Garza, Nuevo León; Benito Juárez, CdMx; Piedras Negras y Saltillo, Coahuila o Mérida, Yucatán.