Aumentan robos a bordo de taxis en CdMx; alcaldía Cuauhtémoc lidera delito

El robo a bordo de taxi se incrementaron en un 73 por ciento.

La alcaldía Cuauhtémoc tiene 78 reportes en 2021/ Octavio de Hoyos
Ciudad de México /

En la Ciudad de México han ido en aumento los asaltos a bordo de los taxis, por lo que se ha vuelto más peligroso viajar en ellos para los usuarios y es que en los primeros 11 meses de 2021, en comparación con el mismo periodo del año anterior, los robos a bordo en este tipo de transporte público se incrementaron en un 73 por ciento.

De acuerdo con el Secretario Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública, de los meses de enero a noviembre del año pasado, se contabilizaron 517 carpetas de investigación por robos en transporte público individual en la capital del país, mientras que, en el mismo lapso, pero de 2020, la cifra fue de 298.

Por su parte, respecto a los robos en taxis dentro de los primeros 11 meses del 2021, 247 de los que se efectuaron fueron con violencia y 270 fueron sin violencia las víctimas.

Las alcaldías que tuvieron mayor incidencia de este ilícito son: Cuauhtémoc con 78, Iztapalapa con 52, Miguel Hidalgo con 48, Venustiano Carranza y Gustavo A. Madero ambas con 46, y finalmente la Álvaro Obregón con 44.

Por otro lado, las 10 colonias de la Ciudad de México con más víctimas de robos a bordo de taxis, según los datos abiertos del gobierno de la capital son: Roma Norte (Cuauhtémoc) con nueve, Moctezuma (Venustiano Carranza) con seis, así como Agrícola Pantitlán (Iztacalco) y Del Valle (Benito Juárez), ambas con cinco.

Le siguen Centro (Cuauhtémoc), Juárez (Cuauhtémoc), Agrícola Oriental (Iztacalco) y Reforma Política (Iztapalapa) todas con cuatro, mientras que Condesa y Guerrero, las dos de la alcaldía Cuauhtémoc, registraron tres.

¿Cómo suceden estos asaltos?

Jennifer Espinoza hace algunos días abordó un taxi en Viaducto Río Piedad y Francisco del Paso y Troncoso, unos metros más adelante, el conductor se orilló y permitió que dos hombres se subieran. Posteriormente, le colocaron a Jennifer ungüento en los ojos, para evitar que pudiera ver.

“Me dijeron que era un asalto, que necesitaban mis tarjetas de crédito, dinero, lo que trajera. Y efectivamente, sacaron las tarjetas de mi monedero. Más adelante, no sé cuánto tiempo después, nos paramos en un cajero, me hicieron que les diera el NIP de mis tarjetas, y sacaron el dinero.

Instantes después de eso me quitaron los anillos, cadenas, aretes, pulsera, reloj, y todavía me dijeron que, si me portaba bien, no me iba a pasar nada, que eran rateros, no violadores, agregó la afectada.

A continuación le exigieron que descendiera de la unidad, y amenazaron con ir a buscarla a su domicilio si denunciaba estos hechos ante las autoridades capitalinas.

Otro caso fue el de Regina, quien abordó un taxi sobre Paseo de la Reforma, a la altura de la Glorieta de Colón, al llegar a la colonia Narvarte, el conductor se detuvo a un costado de la vialidad, argumentando una falla mecánica.

“En ese momento yo dije algo está mal aquí, intenté bajarme, pero no había cómo moverle a la palanquita para abrir la puerta y bajarme, y en eso veo que otra persona está parada en la portezuela, y me dice hazte para allá. En eso se sube el chofer y me dice, no te vamos a violar, nada más queremos tu quincena”, detalló.

Posteriormente pusieron el coche en marcha, en donde le advirtieron que cerrara los ojos y mantuviera la cabeza agachada, mientras que a su vez, la mujer recibía golpes en la cara y a la altura del estómago.

“Entonces comienza a revisarme, me mete las manos al pecho. Sacaron las cosas de mi bolsa, las tiraron en el piso del automóvil. Yo iba muy espantada, iba llorando, y llegó un punto en que sacaron todo lo que yo traía de valor, no traía yo mucho dinero, traía como 700 pesos, y pues mi teléfono, todo lo que yo traía de valor, hasta la tarjeta del metro se la llevaron”, relató Regina.

Luego de ser despojada de sus cosas de valor, le exigieron que se bajara de la unidad y que caminara en dirección contraria al sentido de la vialidad.

“Después tomé terapia y pues todavía me cuesta trabajo subirme a un taxi, la verdad es que me golpearon bastante, me golpearon la cara, me golpearon mucho el estómago, no pude trabajar mucho tiempo porque estaba muy golpeada. Ahora yo tengo mucho cuidado cuando tomo un taxi”, agregó.

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