Blanca Hernández Velázquez, mejor conocida como Blanquita o 'La jefa', encabezó por 62 años la Junta Municipal de Reclutamiento, gestionando las cartillas militares para los jóvenes poblanos, una labor que se quedará en su corazón tras anunciar su jubilación.
La mayoría de jóvenes poblanos que tramitaron este documento indispensable pasaron por la oficina de Blanquita, quien es inconfundible por su tono de voz y la disciplina que imponía con los solicitantes al momento de recibir sus documentos.
En entrevista para TELEDIARIO, 'La jefa' confesó que extrañará llegar a su oficina, acomodar su escritorio y comenzar una jornada más de trabajo, sin embargo, con nostalgia recordó cómo era su día a día con sus compañeros y los jóvenes que llegaban a las instalaciones.
“Llegar, empezar a atender a los jóvenes, checar sus documentos, las fotografías, empezaba a capturar los datos, a imprimir su hoja de datos, la cartilla, que firmaran, pegar las fotos y poner las huellas”, relató Blanquita.
Con el paso de los años, fue testigo de la brecha generacional, los cambios en la juventud y el interés por obtener la cartilla militar. Con su rigidez y profesionalismo logró controlar a algunos remisos y padres de familia que exigían un trato rápido, e incluso en algunos momentos preferencial, por lo que garantizó que a todos se les trató de la misma forma y con respeto.
“Afortunadamente saben que cuando llegan aquí a solicitar la cartilla militar, es un trámite en primer lugar, personal, de respeto, porque siempre hemos dado respeto, y la disciplina”, señaló.
Resaltó que para hacer este trabajo hay que tener vocación y se necesita de responsabilidad para atender a los ciudadanos, resolver sus problemas, responder dudas y acompañarlos hasta que obtengan su documento.
Tras más de 60 años de labor, Blanquita tendrá un nuevo comienzo en el que desea compartir más tiempo con sus seres queridos, viajar, conocer Puebla y todo el país.
Decenas de generaciones de poblanos fueron atendidos por Blanquita, quien se destacó como una mujer de carácter, con la firmeza suficiente para tratar a las personas, pero que siempre cumplió con su deber.
Ahora, para ella inicia la etapa de la jubilación, que le permitirá vivir nuevas experiencias y descansar de la ardua labor que realizó por más de seis décadas.
“Descansar, disfrutar a mi familia, viajar, conocer primero a mi México lindo y querido y ya si alguien me dona un viaje al extranjero, pues vamos”, dijo entre risas.
AGA