Los vecinos que habitan a lo largo del canal del bulevar Dolores del Río aseguraron que desde hace meses conviven con una situación que ha dejado de ser molesta para convertirse en insoportable: malos olores, basura acumulada y hasta animales muertos arrojados directamente a la acequia.
Aunque en mayo el municipio realizó una limpieza parcial, los habitantes explican que el problema nunca se resolvió.
- Policía
La señora Xóchitl Salazar Romero, quien ha vivido por años frente a la corriente, explicó que la situación ya afecta la salud y la vida diaria de los vecinos.
“A veces vienen a tirar hasta animales muertos, así como se oye. De aquel lado cruzan y los avientan para acá, y además tiran muchísima basura. En mayo vinieron a limpiar, pero solo limpiaron hasta la esquina, nada más ese pedacito. De ahí para adelante ya no hicieron nada y todo vuelve a acumularse”.
Según los vecinos, hay horas del día en que la situación se vuelve insoportable. A partir de la una de la tarde, el olor empieza a intensificarse, y aunque el clima frío lo disminuye, en los meses calurosos el ambiente se vuelve prácticamente irrespirable.
Han implementado todo tipo de prácticas improvisadas para evitar que sus hogares se llenen del hedor.
“Como a la una, una y media, ya empieza el olor bien feo. Y ahorita porque es tiempo de fríos, pero por ejemplo en mayo olía horrible. Nosotros llegamos a echarle Fabuloso a la puerta, al piso, donde diera el airecito, para que no oliera tan feo y no se metiera a la casa.
Siempre tenemos las puertas cerradas, siempre. No podemos ni tener ventanas abiertas porque entra el olor del canal. Es algo que ya cansa, que ya afecta, porque uno no tiene por qué vivir así”.
Los habitantes afirman que las autoridades municipales les prometieron limpiar la acequia de manera periódica, cada cuatro meses, y colocar señalizaciones para evitar que la gente siguiera arrojando basura.
Sin embargo, aseguran que después de aquella visita en mayo no volvieron. La falta de atención, dicen, les deja la sensación de que solo se acuerdan de ellos en tiempos electorales.
“Nos dijeron que iban a limpiar la acequia cada cuatro meses, que iban a venir seguido para que no se juntara tanta basura… pero nunca se hizo. También nos prometieron que iban a poner cartelones para avisar que no tiraran basura ni animales, y tampoco los pusieron.
Cuando necesitan el voto sí vienen, sí nos tocan la puerta, nos retratan y prometen mil cosas, pero ya que pasa eso nunca vuelven. Nosotros solo pedimos que vengan a quitar todo eso, que de verdad nos ayuden. No estamos pidiendo algo extraordinario, solo que nos dejen vivir sin esos olores tan fuertes y sin tanta basura”.
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