Campesinos de Puebla se guían en las cabañuelas para la siembra

Las cabañuelas son un método para predecir el clima y el tiempo de siembra.

Campesinos de Puebla se basan en las cabañuelas | Andrés Lobato
Puebla /

Cuando inicia un nuevo año, los campesinos alzan la mirada, guardan silencio y concentran su atención en el ambiente. Los agricultores han aprendido a sentir el calor, la brisa o el frío para determinar cuándo comenzará el ciclo de siembra. 

De acuerdo con la creencia popular, los primeros 24 días de enero definirán la condiciones del estado, es decir, estas fechas son el presagio del temporal que predominará durante todo el año, un método conocido como cabañuelas, que se ha preservado de generación en generación. 

En entrevista para TELEDIARIO, el señor José Tochimani, productor de maíz y brócoli en el municipio de San Andrés Cholula, Puebla, compartió que a sus 68 años sigue con la tradición que le enseñaron sus abuelos y, a su vez, él transmitió a sus hijos y nietos.

José Tochimani detalló que sus abuelos le explicaron que los primeros días de enero son especiales, ya que orientarán cuándo será el momento adecuado para sembrar, así como el tipo de alimento. Mencionó que este cálculo consiste en observar los primeros 24 días de enero para saber cómo será el clima en resto del año; por ejemplo, el 2 de enero corresponde a febrero y a decir del productor, por la mañana se sintió frío y aunque salió por un momento el sol, la mayor parte del día estuvo nublado. Estas condiciones señalan que febrero no es momento para sembrar productos que requieren mucha agua o sol, de lo contrario la cosecha se podría perder.

Añadió que a partir del día 13 de enero, la cuenta se realiza de manera regresiva, es decir, el día 13 de enero corresponderá al mes de diciembre y así hasta llegar de nuevo a enero.

“Los abuelitos de antes nos decían lo de las cabañuelas, que el tiempo de ahorita en Año Nuevo nos dice de aquí al 12, cómo va a ser el clima y ahí vemos también cuando llega el agua para sembrar cuando este esa temporada”, explicó.

Agregó que bajo este proceso se prepara la tierra para sus cultivos, lo que pronostica con este método el tiempo de cosecha y siembra. A decir de don José, este mecanismo ayuda a prevenir una posible sequía, heladas u otros fenómenos naturales que pongan en riesgo su trabajo.

Compartió que pese a seguir implementando esta tradición, el cambio climático ha provocado que ya no confíen tanto en las cabañuelas; mencionó que ahora las temporadas de lluvia tardan en llegar y eso retrasa el proceso de siembra.

“Antes se sembraba maíz en marzo o abril porque llovía antes, pero ahora no, se siembra hasta que llegue el agua de la temporada. Hemos esperado hasta junio porque ya no llueve como antiguamente", concluyó.

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