Rubén Martínez Salazar es testigo del peligro que representan los cables mal instalados en la vía pública, pues estuvo a punto de morir degollado con líneas de telecomunicaciones que colgaban a su paso, en la comunidad San José Sur en el municipio de Santiago.
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El hombre de 35 años se desempeñaba como repartidor de comidas en negocios locales y la noche del 4 de agosto del presente año circulaba en su motocicleta por la calle Margarita Maza de Juárez y Carmen Serdán para recoger un pedido, pero ocurrió el accidente.
Los cables que correspondían a las empresas Izzi y Totalplay estaban a baja altura y los vio ya cuando estaban frente a él, quiso esquivarlos, pero venía un vehículo de frente por lo que ya no pudo maniobrar y quedó enredado.
Los cables le rodearon el cuello. Rubén afirma que gracias a que iba a baja velocidad y pudo meter el freno, se liberó de la presión y cayó al suelo.
Un mes después, el motociclista lleva la marca en la piel, pero agradece a su ángel en el cielo, su madre, que lo cuidó de que la herida no fuera más profunda y pudiera salvarse.
Después de salir de la incapacidad Rubén Se acercó al municipio en busca de ayuda para que las empresas se hagan responsables por los daños ocasionados.
En la zona del accidente los cables fueron retirados.
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