En marzo del 2022, la vida de los regiomontanos cambió por completo...
Al abrir la llave de la regadera, del lavamanos o del fregadero, el agua era escasa o simplemente no salía ni una sola gota.
Con la crisis de suministro encima, por el bajo nivel de las presas, los municipios y el Estado tuvieron que recurrir a métodos del siglo pasado para poder llevar el agua a las colonias.
Fue mediante de pipas y contenedores comunitarios, que las familias regiomontanas tuvieron que abastecerse para poder realizar las actividades del día a día.
Estar al tanto de la pipa, hacer filas bajo el sol, acarrear tinas, cubetas, garrafones y hasta protestar en las calles se volvió rutina para la mayoría de los habitantes de la metrópoli.
Fue en ese momento que miles se dieron cuenta de la importancia del agua.
Las lluvias de septiembre aligeraron la crisis ya que el abastecimiento se restableció.
Fue entonces que los tanques cisterna y contenedores comunitarios dejaron de utilizarse, pero como la sequía no ha terminado, se prevé que este año puedan volver a ser utilizados.
Ciudadanos del Área Metropolitana de Monterrey señalaron que no les gustaría volver a vivir lo mismo, por lo que son conscientes de que no hay que desperdiciar el agua, pero también exigieron a las autoridades que sean sinceras y adviertan con tiempo si el panorama no es favorable.
cog