Amalucan vivió con gozo la culminación del carnaval con la ‘quema de la cola del diablo’ que marca el fin de los días de fiesta.
La cuadrilla de Abedul se distingue por la tendencia a interpretar sus danzas con instrumentos de cuerda; su baile único y recorrido local, que se efectúa en el corazón del primer Infonavit de la ciudad de Puebla.
En punto de las 20:00 horas, los huehues desfilaron por las calles de la unidad habitacional, los personajes como las maringuillas y los diablos bailaron entre plumas, capas y caretas.
Con su danza, más de 100 huehues provocaron sentimientos entre los habitantes, amigos, familias y visitantes. En su recorrido comenzó la persecución de diablos, les prendieron fuego en la cola para simbolizar que el mal fue vencido y el ‘torito’ fue encendido para enmarcar una escena típica de fiesta de barrio.
De inmediato el rechinido del violín dirige un discurso sonoro de otra naturaleza: gritos de huehues; chicotazos de los diablos, el ruido del “muerto” o la caja para pedir una moneda y las voces de los animadores que invitan al público a aplaudir. Todo ello en un paisaje de arrabal, algarabía y tradición.
Después sigue el baile de la estrella, los listones, en tercias, en parejas, todos bailan y todos están invitados.
Después de casi un par de horas, es tiempo de despedir los días paganos para que al día siguiente inicie la Cuaresma, el período de reflexión y religión. Y ahora, se debe esperar otro año para volver a salir a bailar.
A pesar de que los años transforman algunas tradiciones, el carnaval no desaparece, es más, cada ciclo retoma fuerza porque la ‘fiesta de la carne’ es territorio, memoria e identidad festiva.
Hasta el cielo
Este año tuvo un significado diferente porque el baile estuvo dedicado a los integrantes que fallecieron durante el tiempo en que no hubo carnaval; la última edición fue en 2020, después quedó suspendido debido a la contingencia sanitaria.
Al final de la fiesta la calle Abedul se iluminó con la pirotecnia, se encendieron las letras 'hasta el cielo' como un homenaje a quienes partieron de este mundo, y después la leyenda 'Amalucan' quedó plasmada entre fuegos artificiales.