Cómo era la casa de Aramberri en 1933

La casa de Aramberri ha estado rodeada por muchas leyendas desde hace mucho, así era en 1933.

La casa de Aramberri llevaba más de 90 abandonada.| Leonel Rocha
Monterrey, Nuevo León /

El 5 de abril de 1933, la casa de Aramberri fue el lugar de un asesinato donde Antonia Lozano de Montemayor y Florinda Montemayor perdieron la vida, la cual después de un tiempo fue deshabitada.

Hace unas semanas, la casa de Aramberri abrió sus puertas como un restaurante de hamburguesas, noticia que sorprendió a los regiomontanos, después de más de 90 años que permaneció cerrada y fue abandonada.

¿Cómo era la casa de Aramberri?

Tras la apertura del restaurante, se dio a conocer que la casona había pasado por remodelaciones, ya que parte de la estructura se encontraba en escombros. De acuerdo con los encargados del restaurante, el objetivo que se tuvo era mantener la esencia de la casa lo más fiel posible, pero, a pesar de esto, algunos espacios tuvieron modificaciones.

La casa de Aramberri, en 1933, estaba representada por la arquitectura de esa época. En entrevista para Telediario, Hugo Valdés, escritor del libro 'El crimen de la calle Aramberri', comentó que la casona era normal para ese entonces.

De aproximadamente cuatro metros de altura en los techos, la casona pertenecía a un vecindario donde las viviendas eran bastante parecidas, con una arquitectura similar para las casas de la época.

“Los techos son de cuatro metros, es una casa alta, siendo una casa modesta, insisto. Y al lado está otra igual. Yo creo que el constructor la hizo exactamente igual, con la forma de L. Eran las Ls famosas, eran una L.
Son casas muy simples. Hay muchas casas así, más en el centro de Monterrey. Es como la casa chorizo o la casa camión, de que si entras está lo que llaman zaguán, lo que hoy sería un vestíbulo; luego se hace una parte de la L, la sala-comedor, y luego una recámara para atrás y la cocina para atrás”, comentó.

De acuerdo con el autor, la arquitectura de la casa era buena, ya que se tenía en cuenta el riesgo de inundaciones en ese entonces, en un Monterrey donde aún no llegaban tantos vehículos ni las calles eran como hoy son. Por eso, la construcción estaba pensada para ser alta, para evitar inundaciones.

Las ventanas que se ven desde las calle dan al comedor de casa de Aramberri.| Mauricio Lavín

El autor comentó que en ese entonces muchas áreas no estaban pobladas desde la Fundidora, ya que en 1933 la ciudad terminaba en el oriente, donde en la calle Colón empezaba a llenarse de propiedades particulares.

Uno de los aspectos que ha dado misterio a la casa ha sido su permanencia desde hace más de 90 años, ya que su estructura está casi intacta y, para su remodelación y apertura, fueron arreglados aspectos mínimos.

“Que haya persistido después de 90 años, que no se cayó la fachada, en fin, le da esta aura de misterio, que se vea la portada de sillar, como la de tantas otras casas del centro. Ya se le quedó el misterio, vaya. La presencia de la fachada de la casa ha redundado en que persista esta historia, ya con todas las leyendas o el caso real”, comentó.


El autor se refirió a la familia como trabajadora, donde Delfino Montemayor trabajaba arduamente en la Fundidora y, poco a poco, fue juntando una riqueza, que presuntamente fue el motivo del crimen, ya que se decía que tenía miles de pesos en monedas de plata, una fortuna en ese entonces.

Los objetos son originales y han sido preservados en el museo de casa de Aramberri.| Mauricio Lavín

Historia, mitos y leyendas del crimen en la casa de Aramberri

El autor comentó que el panorama de la época era postrevolucionario, donde los vehículos no eran tan comunes y se podía saber cuándo alguien salía temprano en su automóvil. Las cámaras fotográficas tampoco eran frecuentes.

Sobre el crimen, Valdés explicó que hubo varias diferencias entre los mitos y lo que realmente ocurrió. Señaló que todo el proceso de investigación se resolvió en 23 días. En ese tiempo, las pruebas forenses no eran avanzadas en México y algunos análisis tuvieron que enviarse a San Antonio y Ciudad de México.

También mencionó que durante la investigación se creía que el o los responsables podían haber venido del extranjero, ya que muchos mexicanos que trabajaban en Estados Unidos regresaban al país tras el crack económico de Nueva York y solían pasar por Monterrey camino a sus lugares de origen.

Hugo Valdés aclaró que el famoso perico es parte de los mitos, pero que lo que realmente permitió capturar a los responsables fueron las investigaciones forenses. Más allá de las leyendas paranormales, lo que marcó a la sociedad de Nuevo León fue la brutalidad del crimen y el castigo a los culpables, quienes fueron ejecutados bajo la práctica de la 'Ley Fuga', método aplicado desde la Revolución Mexicana. Los cuerpos de los criminales sirvieron como un ejemplo para disuadir futuros delitos.

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