Bien dicen que cuando una persona adopta un perro en realidad el can es quien la elige, tal es el caso de Sergio, un checador de transporte público afuera de la estación La Raza del Metro en la Ciudad de México, quien, desde hace tres años cuenta con la compañía de su inseparable amigo El Güero, un perrito de raza única, que no separa de él ni a sol ni asombra.
Sergio es checador de camiones de transporte público en uno de los paraderos, hace 3 años El Güero llegó en malas condiciones a ese lugar, desde entonces no se ha despegado del hombre.
“Traté de darle vida al animalito porque al final de cuentas es un animal, el nada más se acerca a mí. Le di un día una porción de huesos y el perro se quedó conmigo y ya no sé si el me adoptó o yo lo adopte, pero el perro por el agradecimiento que tiene no se va de mi vida”, contó el hombre.
Dice que el destino los encontró en este lugar, aquí trabaja desde hace 18 años checando cada unidad y brindando el apoyo a usuarios desorientados para tomar la ruta correcta que los lleve a sus destinos.
“Me siento a gusto con el perro pues va conmigo viene me sigue voy al baño va y me sigue luego lo detengo con la puerta porque el perro está ahí en la puerta, pero el perro no me suelta es muy agradecido y me siento bien con el animalito”.
"El animalito ha sido participe de mi trabajo, lo observó cuando sube, se sube si me voy de aquí a un almuerzo nos vamos en un camión por unas charolitas que nos venden ya preparadas para venir y almorzar aquí, el perro viaja conmigo se sube al camión”, dice Sergio.
El Güero se ha ganado el cariño de los choferes de ruta, desde que llegó a este lugar, hoy lo consideran un integrante más de la plantilla y esperan se pueda quedar por muchos años con ellos, sobre todo con don Sergio su inseparable amigo.
"La gente se entere que puede adoptar un perro y puede darle vida, tiene derecho a subsistir y alguien que lo proteja también que lo alimente, que lo cuide, que lo lleve a un veterinario y que tenga vida lo mejor que se pueda”, concluyó.
PGG