La palabra “chilango” ha sido durante décadas un gentilicio que identifica a las personas originarias de la Ciudad de México, tanto a los nacidos ahí como a aquellos que se han asentado en ella.
Este vocablo, aunque ampliamente utilizado en la vida cotidiana, ha generado una mezcla de sentimientos entre los capitalinos y el resto del país, ya que, dependiendo del contexto, puede tener una connotación tanto neutral como despectiva.
¿Qué significa "chilango"?
La Academia Mexicana de la Lengua define la palabra "chilango" como un término coloquial que designa a los habitantes de la Ciudad de México. De acuerdo con el Diccionario del español usual en México de El Colegio de México, "chilango" puede ser tanto un adjetivo como un sustantivo, y hace referencia a aquellos que son originarios de la capital o que se relacionan con ella.
Esta definición subraya que el término está más arraigado en la lengua hablada y coloquial, ya que en los registros formales no es tan común su uso.
A lo largo de los años, muchos habitantes de la Ciudad de México se han apropiado del término, aceptándolo como una parte de su identidad, sin embargo, todavía existen quienes consideran que tiene un matiz peyorativo, especialmente cuando es utilizado por personas que no viven en la capital.
Origen del término "chilango"
El origen de la palabra "chilango" ha generado debates, ya que existen varias teorías al respecto. La versión más aceptada sugiere que proviene de la palabra "cilanco", que describe un charco salado que queda después de que un río se seca.
Esta teoría está relacionada con la geografía de la Ciudad de México, que fue construida sobre el antiguo lago de Texcoco.
Sin embargo, hay otras teorías igualmente interesantes, una de ellas menciona que el término pudo haber surgido en Veracruz, derivado de la palabra maya "xilaan", que significa desgreñado.
También se especula que el término está relacionado con los vendedores de chile en los antiguos mercados, quienes usaban una entonación que parecía un canto, o con los presos enviados a la cárcel de San Juan de Ulúa, atados en manojos como los chiles, lo que les habría dado el apodo de "chilangos".
Otra teoría más alejada plantea que el gentilicio podría derivar del término "huachinango", un pescado de color rojizo. Esto debido a que los habitantes del altiplano, al descender a las zonas costeras, tendían a ponerse rojos por el sol, similar al tono de dicho pescado.
¿Un término despectivo?
Cuando la palabra “chilango” es empleada por personas que no habitan en la Ciudad de México, muchas veces adquiere una connotación negativa. El término "Chilangolandia" también se usa despectivamente por aquellos que consideran a la capital un lugar caótico o donde los defectos de sus habitantes son más notorios.
En las provincias de México, es común que el estereotipo del chilango lo describa como agresivo, deshonesto y manipulador. Por otro lado, los habitantes de la Ciudad de México suelen ver a los provincianos como personas ingenuas o manipulables.
Este antagonismo tiene raíces en la historia económica y social de México, la brecha económica entre la capital y el resto del país ha crecido en las últimas décadas, lo que ha intensificado las tensiones entre los capitalinos y los provincianos.
No obstante, a pesar de estas diferencias, la convivencia diaria suele ser pacífica y se forjan relaciones de respeto y amistad entre personas de distintas regiones del país.
"Chilango", un motivo de orgullo
En los últimos años, los habitantes de la Ciudad de México han comenzado a apropiarse del término "chilango" de manera positiva, adoptándolo con orgullo como parte de su identidad.
Aunque sigue existiendo la percepción de que el uso del término por parte de los provincianos tiene una intención peyorativa, los capitalinos han encontrado en él una manera de identificarse con su ciudad.
Finalmente, es importante destacar que términos como "capitalino" o "defeño" (anteriormente relacionado con el Distrito Federal, ahora Ciudad de México) no generan el mismo sentido de pertenencia o identidad que la palabra "chilango", razón por la cual esta última sigue siendo preferida en el habla cotidiana.
ERV