En los monumentos y sitios está escrita la historia, en ocasiones se pasa de frente sin conocerlos, por ejemplo, cuántas veces pasas por la rotonda donde se interceptan la Diagonal Defensores de la República y el Bulevar 5 de Mayo; en medio hay una gran fuente rodeada por flores y arbustos y en la cima, la China Poblana.
Se dice que “ni era china ni poblana”. Llegó a México como esclava y recorrió un largo camino hasta ser adoptada, años más tarde se casó con un mercader originario de la ciudad de Puebla.
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Su personalidad y forma de vestir llamaron la atención a más de uno, por sus colores intensos y llamativos; chalinas, camisa de raudas y deshilados, enaguas con sobrepuestos en chaquira y lentejuela, así como peinetas en la cabeza. Con el tiempo, el traje de China Poblana se estilizó y se convirtió en la vestimenta nacional por excelencia.
“Se le conoce por su vestimenta, sus grandes enaguas, sus colores llamativos que representan la bandera, es un ícono de Puebla”, compartió Jacoba Linares.
La vestimenta de este personaje se volvió un referente de la ropa tradicional que consta de una camisa blanca de manga corta con bordados, una falda ampona en color rojo con imágenes enfrente que reproducen los símbolos patrios, acompañado de un rebozo verde, grandes arracadas de oro y varios collares, sin olvidar las trenzas con moño tricolor.
Al ser un personaje tan emblemático, el artista Jesús Corro Ferrer esculpió la figura que se encuentra sobre la fuente; sin embargo, no se tiene una idea de cómo lucía Catarina de San Juan, conocida como la China Poblana, para su construcción, Corro Ferrer tuvo como musa a su esposa.
La obra fue construida en 1971 y mide tres metros de altura sobre una base de 30 metros de diámetro; realizada con cantera rosa, en su estructura se encuentran incrustaciones de Talavera. La fuente de la China Poblana es considerada una de las más grandes que existe en la capital.
Cada año, el 18 de abril se celebra el Día Internacional de los Monumentos y Sitios como un recordatorio para cuidar del patrimonio cultural de cada país y fomentar su conservación y protección, de acuerdo con la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco).
ERV