El cierre o la reubicación de la Refinería de Cadereyta sería algo impensable por la afectación no solo a Nuevo León sino a seis estados del país, señaló Carlos Murillo ex gerente de la propia refinería.
Durante una ponencia con analistas energéticos y empresarios petroleros, Murillo, quien estuvo al frente de la refinería por 32 años, aseguró que desde el año 2010 y con mayor énfasis en el 2012, el gobierno federal dejó de invertir en el mantenimiento de la refinería, lo que afectó notablemente la emisión de contaminantes y la producción de hidrocarburos.
Pese a ello afirmó que la refinería nunca ha contaminado por encima de la norma federal, y por el contrario es la industria y el padrón vehicular los que generan el 75% de la contaminación del aire en el área metropolitana.
El ex gerente detalló que en los recientes años se ha inyectado nuevamente recurso para el mantenimiento de la refinería, aunque para que opere tanto en su producción como en la reducción de sus contaminantes deberán transcurrir al menos otros seis años.
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Murillo agregó que por ello es mucho más sencillo inyectar recursos para el mantenimiento de la refinería que una reubicación o una clausura, pues no solo se afectarían 5,000 empleos directos y 2,000 indirectos, sino que colapsaría toda la industria al no haber gasolina, diésel, turbosina, queroseno y gas para los estados de Nuevo León, Coahuila, Tamaulipas, Chihuahua, San Luis Potosí y Durango.