Vendedores de los distintos comercios de la localidad se preparan para el Día de San Valentín, para ofertar sus productos en donde esperan tener buen repunte de sus ventas.
Es característico de esta fecha regalar por el día de los enamorados todo tipo de flores, sobre todo rosas, las cuales en el mercado las encuentran desde los 20 pesos la pieza hasta 350 en adelante los arreglos florales, según lo que se le vaya agregando es el costo, como globos, chocolates o peluches.
Fecha que significa una importante derrama económica, por lo que en el Centro Histórico de Saltillo ya se puede percibir cómo estos vendedores comienzan a instalarse con la confianza de que sí habrá un repunte en sus ventas.
¿Por qué se regalan cosas el 14 de febrero?
En la Roma del Siglo III, había un conocido sacerdote llamado San Valentín, quien era famoso por celebrar la unión de los jóvenes enamorados pese a estar prohibido por Claudio III, quien aseguraba que este acto provocaba que hubiera menos soldados debido a las ataduras emocionales.
Cuando Claudio III descubrió las acciones de San Valentín, éste ordenó que fuera sentenciado a muerte un 14 de febrero, motivo por el cual los enamorados suelen honrar su memoria.
Con anterioridad, las parejas acudían al lugar donde se encontraban los restos de San Valentín para dejar ofrendas ante las grandes labores que hacía en beneficio del amor, pero con el pasar del tiempo la tradición fue cambiando y hoy en día, los regalos del santo patrono de los enamorados ahora son entregados entre ellos mismos.
¿Qué significa regalar rosas rojas?
El significado de regalar rosas rojas en San Valentín parte desde los colores representados, ya que en ocasiones puedes obsequiar rosas de diferentes tonalidades, sin embargo, el rojo de acuerdo a la psicología del color, representa el amor eterno y la pasión, conceptos que pueden prestarse perfectamente para la ocasión.
La misma historia de San Valentín señala que uno de los carceleros que custodiaba al sacerdote lo retó a curar la ceguera de su hija y de esta manera demostrar su santidad, petición que cumplió, sin embargo, esta acción no impidió que su castigo se llevara a cabo y días después fue ejecutado.
Como parte de un agradecimiento y una disculpa por no haberlo ayudado, el carcelero plantó en la tumba del sacerdote semillas de rosas rojas, mismas que crecieron con el paso del tiempo y dieron inicio a esta tradición.
KM