La música del barrio bravo, Tepito, para el barrio. Entre la unión de una vecindad y la búsqueda de un momento de diversión, nació el movimiento sonidero, pero también, entre la marginación y la necesidad de acceder a la música.
A pesar de que existen documentales sobre sus orígenes, la historia de este movimiento, que ha sido identificado como parte de la cultura y el folclor de la Ciudad de México, está incompleta, pues pocos mencionan a La Socia, la pionera de los sonideros en el país.
Como en muchos ámbitos, las mujeres han sido borradas de la historia y tal es el caso de Guadalupe Reyes Salazar, quien puso a bailar a Tepito en los años 60, entre la búsqueda de la vecindad Casa Blanca, ubicada en éste barrio, por acceder a la música y la necesidad de Guadalupe, La Socia, de mantener a su familia.
Durante un conversatorio de la Fonoteca Nacional, se recreó la historia de La Socia a través de las anécdotas de su hermana, Josefina Reyes Salazar, alias ‘Lu’; su esposo, Rogelio González, alias ‘El Fugas’; su amiga Teresa García Cruz, alias ‘Yemayá’; sus hijos, Rodrigo y Adriana; y un vecino de Casa Blanca, Gabriel Piña, buscando así su reconocimiento como la primera sonidera de México.
“Es una historia real, la esencia de un barrio, la esencia de una vecindad, de una familia… Yo creo, la señora Cuca (Guadalupe Reyes), ni se imaginaría hasta donde está llegando, porque esto inició con las ganas de divertirse, de una identidad, del baile. En aquel entonces, ser sonidero no era pensar en ser famoso, era pensar en divertirse, en pasársela bien “, dijo Gabriel Piña.
¿Cómo iniciaron los sonideros en México?
En 1965, el padre de Guadalupe adquirió una consola para su uso personal, difícil de adquirir en aquella época; en el mismo año... falleció y la familia Reyes Salazar se quedó sin el principal sustento económico, según lo narrado por Josefina, hermana de La Socia.
En medio del dolor y la crisis, nació La Socia. Una vecina de Casa Blanca, le pidió a Guadalupe Reyes que rentara su consola y se encargará de poner la música para la fiesta que realizarían el 15 de septiembre en la vecindad. Después de mucho pensarlo, La Socia aceptó y acordó cobrar a 12 pesos la hora. Todo en el mismo año: 1965.
Con dos discos de vinilo de La Sonora Matancera y otros más prestados, empezaron los bailes en las calles de Tepito; ante el éxito, los vecinos comenzaron a buscarla para que volviera a tocar, hasta que la fiesta sonidera se convirtió en el pan de cada día, pues de lunes a domingo las calles se llenaban de bailarines de diferentes colonias del centro de la capital.
La Socia se caracterizó por tener música exclusiva, principalmente de La Sonora Matancera, agrupación reconocida internacionalmente, pues uno de sus integrantes, Caíto Carlos Manuel Díaz Alonso, mantuvo una relación estrecha con la familia Reyes Salazar y le proporcionaba discos inconseguibles.
¿La Changa o Pancho son pioneros de los sonideros?
A pesar de que los inicios del movimiento se les atribuyen al Sonido La Changa, de Ramón Rojo, y Sonido Pancho, de Francisco González, los sonideros más reconocidos del país, en los últimos años, ambos fundadores, han reconocido que la pionera fue La Socia y que incluso marcó un referente para ellos.
Ante la falta de reconocimiento al trabajo de Guadalupe, su hermana hizo un reclamo durante el conversatorio: “Un gran amigo (Ramón Rojo), aquí nomás yo escucho como después de ser nuestro gran amigo, nunca se mencionó a mi hermana. (…) nunca dice ‘mi gran amiga, yo conviví mucho con ellos, todo el tiempo en que La Socia tocó, yo estuve con ella”.
“¿Por qué Ramón no habla de La Socia? Hay una entrevista donde yo le pregunté ‘¿por qué dices que yo soy la primera mujer sonidera?, cuando tú trabajabas para la primera mujer sonidera’, pero hoy, Ramón Rojo Sonido La Changa dice ‘Sí, yo fui chalán de La Socia’ (…) y me gusta escucharlo por ese ego que tienen como hombres sonideros”, dijo Guadalupe La Cigarrita, famosa sonidera.
Gran parte de la estrategia sonidera que implementó Guadalupe continúa vigente, sin embargo, La Socia murió sin ser reconocida en su gremio.
En México existen cerca de 40 mujeres sonideras frente a 8 mil hombres, según el investigador Benito Salazar, por lo que es importante reivindicar y reconocer a la mujer que puso a bailar a Tepito.
ZP