El 19 de noviembre de 1991 ocurrió uno de los más trágicos accidentes ferroviarios en la historia de Puebla, hecho que este viernes cumplió 30 años y para recordar a las personas que fallecieron autoridades municipales realizaron una ceremonia cívica frente al obelisco que se construyó en memoria de las víctimas.
En aquella fatídica fecha la máquina 9130 que jalaba 20 furgones procedente de Esperanza se quedó sin frenos antes de llegar a Santiago Miahuatlán, los maquinistas que nada podían hacer por controlar el tren, se arrojaron de esta cuando pasaban por la colonia El Carmen, en el municipio de Chapulco.
Así sin conductor, la máquina de acero que a su paso dejaba los rieles ardientes entró a Tehuacán a las 12:45 y cuando se disponía a tomar la curva que se encontraba en la avenida José Garci-Crespo y Héroe de Nacozari, salió proyectado de las vías para así arrastrar todo lo que a su paso encontraba: un taller mecánico, un restaurante, automóviles y un autobús de la línea Tehuacán-Santiago Miahuatlán.
En consecuencia la carga de cemento formó una espesa nube y los granos de sorgo y soya que transportaba quedaron esparcidos alrededor.
Más de 30 heridos fueron atendidos por corporaciones de auxilio que se apresuraron a atender el accidente, la mayoría de lesionados fueron llevados al hospital 15 del Instituto Mexicano del Seguro Social que era el más cercano.
En la escena del accidente los cuerpos sin vida fueron rescatados y llevados a las oficinas del comisariado ejidal de San Nicolás Tetitzintla, donde se contabilizaron 32 víctimas, en su mayoría hombres y mujeres adultos.
Hoy está tragedia se sigue recordando en la ciudad de Tehuacán con una ceremonia luctuosa a la cual llegan algunos familiares de quienes perdieron la vida, mientras que otros lo hacen de sus hogares observando las cicatrices que marcaron su vida.
AGA