Contenedores con residuos radioactivos permanecen sepultados en Tultitlán, Edomex

Desde 2010, autoridades reconocen que hay elementos para determinar que el predio hay elementos que siguen contaminado con cromo hexavalente, dañino para la salud.

Actualmente el sitio se encuentra vacío y sin utilidad; el paso está prohibido. (Carlos Zaid)
Estado de México /

Tres enormes sarcófagos que contenían material radioactivo conocido como cromo hexavalente que usaba la empresa Cromatos de México en la producción de pigmentos y otros materiales para curtir pieles, permanecen sepultados en un predio de la comunidad de Lechería en Tultitlán, Estado de México.

La empresa fue cerrada en 1978 por presión de los vecinos del pueblo, debido a que en su momento se comprobaron graves casos de enfermedades respiratorias y fallecimientos por cáncer derivados de ese compuesto.

El material contaminante que emitía la empresa era cromo hexavalente derivado de la cromita, materia prima que era incinerada y triturada para fines industriales y cuyos residuos eran emitidos a la atmósfera y acumulados en el subsuelo.

Hoy solo se aprecia una enorme plancha de concreto con barda perimetral y una palmera que ha subsistido por más de 40 años, luego de que Cromatos de México fuera cerrada en 1978 por orden del gobierno federal. Por más de tres décadas la empresa almacenó en tres enormes recipientes más de 75 mil toneladas de cromo hexavalente.

El predio de Lechería actualmente pertenece al gobierno federal, pues lo adquirió la Secretaría de Desarrollo Agrario, Territorial y Urbano, que lo bardeó y construyó una enorme plancha de cemento con la que cubrieron los sarcófagos.

Hoy el terreno se encuentra vacío y sin utilidad, explicó doña Manuela Ríos de Salmerón, quien con sus vecinos luchó por el cierre de esa fábrica hasta que lo consiguió.

En entrevista con MILENIO, doña Manuela, hoy de 72 años, relata que la contaminación que generaba Cromatos de México provocó no solo enfermedades, sino la muerte de varias personas, entre ellas la de su hija María Isabel y la de su esposo Manuel, que era trabajador de la extinta Compañía de Luz y Fuerza, a quien le detectaron tumores en la cabeza.

La mujer mostró documentos donde consta que la empresa Cromatos de México, que se estableció en 1958 en la colonia Lechería, en Tultitlán, y ocupó un predio de 4.5 hectáreas aproximadamente, en más de 30 años de operación de su planta emitió a la atmósfera un gran número de toneladas de cromo hexavalente y acumuló en sus instalaciones alrededor de 75 mil toneladas de residuos derivados de los cromatos, lo que excedió los límites establecidos en la norma oficial mexicana NOM-147-SEMARNAT/SSA1-2004.

Los residuos, tras el cierre de la empresa, fueron enterrados en el predio y este sitio se convirtió en un pasivo ambiental; en 2008 la Secretaría del Medio Ambiente y Recursos Naturales realizó trabajos de remediación del sitio y desde ahí se trasladaron las 75 mil toneladas de cromato hexavalente a un cementerio radioactivo en Chihuahua.

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  • Comunidad Redacción

El predio sigue contaminado en Tultitlán

En el Diario Oficial de la Federación del 17 de diciembre de 2010, en el que se publica el Decreto de Expropiación del predio, reconocen que no se puede dejar de observar que existen elementos para determinar que el predio sigue contaminado con cromo hexavalente y que se estima que la lixiviación de los residuos de éste ha alcanzado por lo menos 30 metros de profundidad.

Incluso sobre las afectaciones a la salud de la población, en la Gaceta Parlamentaria del Congreso federal del 21 de enero de 2004 se oficializaba un punto de acuerdo “para exhortar a la Secretaría de Salud y al ayuntamiento de Tultitlán, Estado de México, a efecto de que se instale un módulo de servicios médicos y de químicos clínicos para que diagnostiquen, traten, prevengan y canalicen a los habitantes expuestos a la contaminación del cromato hexavalente en la región de Lechería”.

El predio baldío se ubica en la zona industrial de Lechería, cercano a la Termoeléctrica Jorge Luque y el TultiparK 1, en una comunidad donde predominan las industrias más que viviendas, aunque sí colinda con una zona habitacional.

Se tenía previsto que el terreno de 4.5 hectáreas fuera utilizado como un espacio público y recreativo para la comunidad; sin embargo, luego de décadas de su turbulento historial hoy permanece abandonado y por fuera se aprecia como una simple fábrica cerrada y un predio desierto.

KGA

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