Ante el descubrimiento de tres crematorios clandestinos en el rancho Izaguirre, municipio de Teuchitlán, Jalisco, realizado por el colectivo Guerreros Buscadores el pasado 5 de marzo, el titular de la Secretaría de Gobierno Jorge Daniel Jiménez Lona informó que hasta ahora no se ha confirmado la identidad de posibles guanajuatenses entre las víctimas.
Aseguró que por ahora autoridades guanajuatenses no pueden ir a aquel lugar a realizar investigaciones debido a que, por protocolo, esto le corresponde a la fiscalía del estado de Jalisco, sin embargo, aseguró que habrá una colaboración entre ambas entidades.
“Lo que nos han dicho es que hay poca información, prácticamente encontraron cenizas va a ser complejo obtener pruebas genéticas, pero hay otro tipo de elementos, algunas mochilas, otro tipo de prendas que pudieran dar otros elementos”, dijo.
El funcionario estatal destacó que Guanajuato se mantiene en constante colaboración con las autoridades del estado de Jalisco, así como también se mantendrá la cercanía y el trabajo conjunto con los colectivos de madres buscadoras.
“Es algo que se tiene que trabajar bien, tenemos que dejar que los peritos en ese estado (de Jalisco) trabajen, que hagan los reconocimientos, estaban hablando que en la zona pudiera haber más hallazgos, pero es un tema que está trabajando directamente el estado de Jalisco”, señaló.
Jiménez Lona indicó que las autoridades estatales están al tanto acerca de las técnicas usadas por organizaciones criminales para “reclutar” personas a sus filas usando como gancho la publicación de supuestas ofertas de trabajo en los estados de Jalisco y Zacatecas.
El Rancho Izaguirre había sido intervenido previamente en septiembre de 2024 y enero de 2025.
En la primera incursión, se produjo un enfrentamiento armado entre fuerzas de seguridad y criminales, lo que resultó en la detención de 10 personas y la liberación de tres secuestrados.
En enero de 2025, el sitio fue identificado como un centro de adiestramiento del crimen organizado, donde 38 personas fueron detenidas, de las cuales 36 fueron posteriormente liberadas al confirmarse que eran víctimas de reclutamiento forzado.
En la reciente investigación, además de los restos humanos, se encontraron 96 casquillos de bala de diversos calibres, tres cargadores, una libreta y una identificación oficial.