El crematorio del panteón municipal de Puebla dejó de funcionar debido a que presentó un desgaste por el uso que se le dio durante la pandemia de covid-19, informó Xóchitl Zárate Tejeda, secretaria de Servicios Públicos municipal.
La funcionaria explicó que actualmente el crematorio está fuera de servicio, por lo que se le brindará mantenimiento a través de un contrato, ya que además, no existen espacios para sepultar en este cementerio.
“Después de la pandemia, lamentablemente tuvimos mucho uso de él; digamos que se desgastó mucho y dejó de funcionar, por ello, se tiene que invertir para tener esta alternativa para ocupar los nichos”, enfatizó la secretaria municipal.
Xóchitl Zárate explicó que durante la contingencia sanitaria, uno de los motores se afectó por lo que dejó de funcionar. Hasta el momento no existe un monto para su mantenimiento, pero dijo que tendría que estar listo antes de que concluya el año.
“Realmente tuvimos un desgaste muy grande por la pandemia, recordar que todos los que morían por covid-19 tenían que ser incinerados, entonces se complicó un poco”, enfatizó la funcionaria.
Por otra parte, comentó que les han solicitado a los ciudadanos que le den mantenimiento a las tumbas de sus familiares, ya que únicamente, el 40 por ciento lo hace.
¿Cuándo se inauguró el panteón municipal de Puebla?
El camposanto abrió sus puertas el 5 de mayo de 1880 en el antiguo Rancho Agua Azul, de esta manera se eliminó la práctica de inhumar a los difuntos en los atrios de los templos católicos. El predio está ubicado en la actual avenida 11 Sur y calle 37 Poniente.
El Panteón Municipal alberga las almas de por lo menos 38 mil difuntos; existen por lo menos 300 mausoleos y monumentos históricos, que por su arquitectura propia de los siglos XIX y XX se encuentran protegidos por el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH).
Es el descanso eterno de personajes históricos, familias acaudalas de la Angelópolis de antaño, incluso, es escenario de leyendas y mitos, ya que hay quienes cuentan que de repente escuchan el ruido de una niña que corre por el panteón, otros narran que la han visto con una muñeca.
El cementerio tiene una extensión de 16 hectáreas y es uno de los más entrañables y arraigados entre los poblanos.