Crisis del agua, riesgo latente

Oportunidad. La escasez de agua en NL exige fomentar la gestión sustentable, pero el abastecimiento no es el único problema

El 63 por ciento del abasto de agua en Nuevo León es de fuentes superficiales como presas y ríos. | Shutterstock
Monterrey, Nuevo León /

Hace poco más de un año, el estado de Nuevo León vivió una situación de emergencia debido a la sequía y la escasez de agua. Los gobiernos, estatal y federal, tomaron diversas medidas para mitigar la problemática y ofrecer a la población agua en cantidad y calidad suficiente.

El consumo de agua en Nuevo León, según información de las Estadísticas del Agua en México 2019, publicadas por la Conagua, se divide en tres rubros principales: el uso agrícola con un 70 por ciento, el uso urbano con un 25 por ciento y el industrial que llega al cuatro por ciento.

La sequía que viene desde 2015, la falta de políticas públicas e inversión, el crecimiento demográfico, la sobreexplotación de los acuíferos y la falta de cultura del cuidado del agua fueron diferentes elementos que, según los expertos, provocaron la crisis hídrica en 2022.

“Las causas, sin duda, fueron variables, no fue solo una causa, pero las más importantes fueron el cambio climático y la falta de inversión en infraestructura hídrica”, aseguró Raúl Rodríguez Márquez, presidente del Consejo Consultivo del Agua.

Juan Ignacio Barragán, director del Servicio de Agua y Drenaje de Monterrey (SADM), mencionó en entrevista para Milenio que se tomaron 16 medidas para combatir la crisis, entre las que destacó la exploración de pozos someros y profundos, la regulación de las presiones de la red, convenios de préstamo de pozos privados y el combate a las fugas.

Pese a estas medidas, y ante la falta de lluvias en el primer semestre de 2022, el abastecimiento de agua no alcanzaba a satisfacer los cerca de 16 mil litros por segundo (l/s) que requiere la Zona Metropolitana de Monterrey en verano. Por tal motivo, el 29 de julio de 2022, el presidente de la República, Andres Manuel López Obrador, emitió un decreto para apoyar la distribución y abasto de agua en Nuevo León.

Esta acción facultó a la Conagua, en coordinación con los concesionarios y el SADM, para disponer del líquido concesionado de manera inmediata. Además, se destinaron recursos para concluir, en colaboración con el gobierno del estado, la presa La Libertad y el acueducto El Cuchillo II con los que se busca asegurar el suministro hasta 2030.

Con la conclusión de estas obras se estima tener un abastecimiento de 26 mil l/s para mayo de 2024, según información del SADM. Esto mantiene optimistas a las autoridades locales y parte del sector empresarial.

“Con lo que es el Cuchillo II y la presa La Libertad, pues yo creo que a partir del tercer o cuarto semestre de este año el tema de suministro de agua ya no va a ser un problema. Sabemos que los siguientes retos vienen en el tratamiento del agua y todo lo que son las descargas, el cómo se puede utilizar esta agua tratada de una mejor manera”, comentó Horacio Martínez Reyes, director del Instituto para la Protección Ambiental de Nuevo León (IPA)

Oportunidad en la crisis

Para algunos expertos no es lo indicado depender de fuentes superficiales de agua y señalan que la solución no solo es traerla de otros lugares, sino fomentar su gestión sustentable y su cuidado en cada uno de los sectores de la sociedad. Además, advierten de otra probable escasez en verano, antes de que acabe la construcción de los proyectos estratégicos.

“El cambio climático está haciendo que se incremente la temperatura e incluso si llueve más, también se corre el riesgo de que el agua se evapore más pronto y no alcance a escurrirse hacia los acuíferos y, por lo tanto, la disponibilidad de agua no necesariamente va a incrementarse con las lluvias”, mencionó Jesús Carrillo, director de Economía Sustentable del IMCO.
“El promedio de almacenamiento en las 210 presas más grandes del país, que incluyen las tres de Nuevo León, están debajo del 45 por ciento y van disminuyendo y la temperaturas se están incrementando”, puntualizó Rodríguez.

El SADM no vislumbra riesgos inmediatos de abastecimiento y descartó que se llegue a los niveles de 2022 este año, pero sí hizo mención que la presa Cerro Prieto se encuentra en un nivel de 13.8 por ciento de su capacidad y al llegar al 10 ya no se le podrá sustraer agua, lo que eliminaría una fuente importante del suministro de la Zona Metropolitana de Monterrey.

Ante este panorama, los especialistas recomienda hacer un cambio de paradigma sobre cómo se entiende la explotación del agua, “Si utilizamos mejores prácticas en cada uno de los sectores que componen lo que es el uso del agua, que es el lo que es agricultura, uso urbano e industrial, podemos darle un uso sostenible y responsable. Eso es lo que es la gestión, el uso y sostenible es el pensar en las personas que estarán aquí después de nosotros”, mencionó director del IPA.

Cuentas pendientes

Aunque la crisis de abastecimiento parece tener soluciones en marcha, problemas como las fugas, el tratamiento del agua, las tomas clandestinas, la sobreexplotación de los acuíferos y su falta de regulación, la casi nula de medición de consumo de la concesiones, la falta de actualización en las leyes en el tema, las descargas no reguladas al drenaje y la falta de cobertura en la red están presentes día a día.

Ante estas dificultades, los especialistas y organizaciones internacionales hacen un llamado a incluir el tema del agua en las agendas de los candidatos a puestos de elección y a prevenir problemas mediante la implementación de mecanismos de inversión que modernicen la infraestructura hídrica y usen la tecnología como una aliada estratégica.

“La inversión en el agua es de los esfuerzos más importantes en materia de adaptación al cambio climático, por lo tanto, deben ser esfuerzos importantes en términos fiscales. Creemos en el IMCO que es muy importante gestionar la infraestructura, modernizar la medición del gasto de agua para poder realmente enfocar los recursos que siempre son escasos”, destacó Carrillo.
“Tenemos que retomar las conclusiones de la Conferencia Mundial del Agua en marzo pasado en Nueva York que hablan de cuatro grandes pendientes. Uno, la falta de inversión; dos, la colaboración; tres, la resiliencia, el hecho mismo de adaptarse y poder salir adelante de los medios complicados que estamos viviendo y la última, que debemos aprovechar la innovación y la tecnología”, concluyó el presidente del Consejo Consultivo del Agua.


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