La casa de rescate “Cristo Vive” es conocida en diferentes ciudades de México principalmente por los burritos que venden las personas que habitan en ese lugar, pero ¿Quién es el dueño?
De acuerdo con su sitio web, Cristo Vive es una asociación civil enfocada en la rehabilitación de personas con adicción, alcoholismo o problemas de conducta.
“Sabemos que la gente busca la solución a sus problemas en muchas partes, pero la única solución para poder cambiar su vida se encuentra en Jesucristo”.
Acorde con DIF Coahuila, la casa inició hace 25 años cuando Carlos Pacheco, después de leer un libro de un matrimonio de México-Norteamericanos ex adictos quienes fundaron un centro de rehabilitación.
Esto despertó el amor de Carlos Pacheco por esta labor y se instaló por un tiempo, junto con su esposa, en la ciudad de San Antonio, Texas, preparándose para fundar el día 7 de marzo de 1999 la primera casa de rescate.
Actualmente Cristo Vive cuenta con 74 ministerios establecidos por 25 estados de la República Mexicana; una casa de Rescate en Brasil, una en Nicaragua, dos en Estados Unidos, una en Colombia, una en Francia y una más en Guatemala.
Venta de burritos Cristo Vive
La venta de estos alimentos tiene como finalidad recaudar fondos para el mantenimiento de la casa, pues los que requieren de sus servicios no se les cobra por vivir ahí.
En un video compartido por la cuenta de “La Panza es Primero”, se muestra la cocina en donde se encuentran todos los colaboradores, instrumentos e ingredientes necesarios para preparar los burritos.
Primeramente, en una de las mesas están todas las tortillas de harina, ya que la finalidad es que el proceso sea más rápido, por lo que las extienden y después les van poniendo los frijoles. Eso sí, se ven muchas manos pues hacen demasiados burritos, para después agregarle el guiso, que por lo regular es deshebrada o solamente frijoles.
Una vez que ya la tortilla tiene el guiso, pasan a ‘enrollarla’ para que quede como un taquito y posteriormente los colocan en un comal para dorarlos y queden ‘aplastaditos’.
Para finalizar, después de que terminan con la parte de cocinar, sigue su empaque. Los burritos por lo regular van en papel aluminio, con el fin que conserven su calor un poco más de tiempo y pasan a cerrar la envoltura.