La infiltración de los grupos de la delincuencia organizada en los grupos de animación en el fútbol mexicano, tiene sus comienzos en el 2007 en las porras de los equipos de Nuevo León, con la participación de miembros Los Zetas y el Cártel del Golfo, tal y como lo destacó el académico investigador de la UNAM, Hugo Sánchez Gudiño.
Mencionó que la presencia de los integrantes de los cárteles en las barras de los equipos mexicanos se incrementó de manera considerable en los últimos años, y que previo a los hechos violentos ocurridos el sábado pasado en el estadio Corregidora de Querétaro, hubo focos rojos que no fueron atendidos por las autoridades queretanas.
En una entrevista para TELEDIARIO, Sánchez Garduño recordó que, a inicios del sexenio de Felipe Calderón, se conformó un grupo llamado Los Tapados en el estado de Nuevo León, que era integrado por jóvenes que realizaban marchas y bloqueos con el rostro cubierto.
Este grupo, de acuerdo con Hugo Gudiño se encontraban al servicio de Los Zetas y el Cártel del Golfo, muchos de sus integrantes, a su vez, pertenecían a las barras de Libres y Locos de los Tigres de la UANL y a La Adicción de los Rayados del Monterrey, según testimonios y diversos indicadores.
“En el 2007 o 2008, aparecieron unos jóvenes que les apodaban Los Tapados (…) cuando alguno de estos cárteles quería actuar, entonces mandaba a la calle a Los Tapados y a los sicarios, para que bloquearan las principales avenidas”, detalló el investigador de la UNAM.
Sánchez Gudiño agregó que la presencia de estos miembros de la delincuencia organizada en las barras de fútbol, de un momento a otro se esparció a otras regiones del norte y del bajío de México como Torreón, Ciudad Juárez y San Luis Potosí.
Además, derivado de la expansión de los cárteles a prácticamente todo el territorio nacional, esto provocó que la mayoría de las barras de la Liga MX tengan a integrantes de grupos delictivos entre sus filas en la actualidad.
El académico e investigador de la Universidad Nacional Autónoma de México señaló que, en algunos de los principales aspectos de las barras, como los nombres de estos evidencian la presencia de la delincuencia organizada.
“El nombre que le ponen a la barra no es un nombre deportivo, sino que parecería que le ponen nombre a una pandilla o a un cártel, y en la forma en la que están organizadas las barras, desde el dirigente principal hasta abajo. En el norte les ponen apelativos como el comandante o apelativos que tienen que ver con el lenguaje propio del narco", explicó Sánchez Gudiño.
Había focos rojos antes del partido Querétaro contra Atlas
Por otro lado, el investigador de la UNAM señaló que, semanas antes de los hechos de violencia que se registraron en el estadio Corregidora el sábado pasado, ya se habían dado antecedentes peligrosos que marcaban focos rojos en el fútbol mexicano, pero no fueron atendidos por las autoridades de la Liga MX.
¿Qué acciones eran consideradas como focos rojos?
Narcomantas
La colocación de mantas en el estadio BBVA de Monterrey, en las que se observaban amenazas hacia la directiva, cuerpo técnico y jugadores, fueron al mero estilo de los grupos de narcotráfico.
Durante el último Mundial de Clubes disputado en los Emiratos Árabes Unidos, aficionados de Monterrey colocaron fotografías de las cabezas del ex director técnico de La Pandilla, Javier Aguirre y tres directivos de Rayados, pintadas de rojo y colocadas sobre hieleras, afuera del hotel de concentración del equipo regio, luego de perder el primer partido frente al Al-Ahly de Egipto.
“Un último elemento es lo que hicieron los barristas de Monterrey que llevaron la hielera (...), esa práctica la hacen solamente los cárteles con sus víctimas. Esas señales anticipaban que algo estaba por ocurrir”, sentenció Hugo Sánchez Gudiño.
- Club Monterrey
Interacción de jugadores con narcotraficantes
Un ejemplo de esto fue el saludo y agradecimiento que le envió el defensa central de las Chivas, Antonio El Pollo Briseño al líder del Cártel Jalisco Nueva Generación, Nemesio Oseguera Cervantes alías El Mancho, en TikTok.
“En las redes sociales aparecen algunos jugadores famosos que tienen sus fundaciones, y que se mensajean con líderes muy conocidos de cárteles, se mensajean como amigos, agradeciendo los apoyos y demás", sentenció Hugo Gudiño.
Finalmente, el investigador de la máxima casa de estudios comentó que se tendrá que hacer un diagnóstico serio e integral sobre las barras bravas en el fútbol mexicano, para frenar los hechos delictivos en los estadios y su entorno que han ocurrido en los últimos años; mismo que debe ser elaborado por directivos, gobiernos federales y locales, así como universidades.
LPGC