Migrantes centroamericanos denunciaron la desaparecieron siete personas, tres de ellos menores de edad, de la caravana que integran en el municipio de Mapastepec, Chiapas, la cual se dirigía a la Ciudad de México (CdMx).
De acuerdo con los mismos integrantes de la caravana fueron más de 30 autobuses los que trasladaron a mil 500 personas la madrugada del miércoles tres de enero, por lo que entre los movimientos se percataron que faltaban algunos.
Las transportaciones se brindaron por parte del Instituto Nacional de Migración (INM), bajo la promesa de que en la capital del país les otorgarían la visa humanitaria por un año, sin embargo, no todos llegaron pues entre las personas que se desconoce su paradero se encuentran tres menores de edad de dos, cinco y 17 años, quienes son de nacionalidad hondureña.
La familiar de uno de los desaparecidos, Yazmín Chavarría, indicó que fueron engañados para desintegrar la caravana más grande del 2023 que partió el 24 de diciembre de Tapachula.
Por ello, sin previo aviso los autobuses se dirigieron a diversos municipios de Chiapas como Tuxtla Gutiérrez, Huixtla, San Cristóbal de Las Casas, Villaflores, Berriozábal y Palenque, así como Villahermosa en Tabasco, con ello se provocó la dispersión de las personas en tránsito.
“El error de nosotros fue subirnos a los autobuses porque creímos en la palabra de ellos, supuestamente subieron solo familias primero por los niños, pero lo que nos hicieron es inhumano, cruel, nos dejaron botados, nos bajaron de los autobuses, nos dijeron bájense, nos dejaron en las calles y nos separaron como familias, tenemos cinco familiares todavía que no los encontramos”, afirmó Yazmín Chavarría.
Migrantes denuncian abusos de autoridad en Chiapas
Además, los migrantes denunciaron la violencia física, verbal, así como los abusos de autoridad y la separación de familias, ya que aproximadamente 300 personas pasaron por estas situaciones al llegar a las instalaciones migratorias en Tuxtla Gutiérrez.
Asimismo, no les permitieron reunirse con los menores de edad, mientras que los adultos se quedaron varados y sin alguna oportunidad para regularizar su estancia en el país.
Por su parte, Jan Carlo de Oliveira proveniente de Colombia, dijo que entre la trifulca que se desató por el abuso de las autoridades migratorias, algunas personas en tránsito persiguieron a los autobuses por las calles de la ciudad, en su intento de no perder contacto, no obstante, no tuvieron éxito y a casi 48 horas de los hechos continúan sin saber del paradero de sus familiares.
“Sí, sí, muchas familias separaron porque todos pensamos que íbamos al mismo sitio y sí mucha gente los hijos los mandaron con los esposos, con primos, ellos se fueron a otro autobús porque como no cabían y resulta que ahora están todos perdidos, unos están en otras ciudades, todos dispersos y ahora es mayor preocupación por eso”, afirmó.
Por la situación, la única alternativa que han encontrado los migrantes es permanecer en el parque del Barrio San Francisco, en la capital Tuxtla Gutiérrez. Dicho lugar se ubica a 500 metros de las instalaciones de migración.
Otra estancia momentánea son las casas de campaña en un terreno baldío que se encuentra frente al albergue habilitado en el municipio de Berriozábal.
Por esta razón, el director del Centro de Dignificación Humana (CDH), Luis Rey García Villagran, informó que ya tomaron cartas en el asunto, a fin de que puedan fincar responsabilidades a quien corresponda, pues el Instituto Nacional de Migración incumplió los acuerdos y violentó los derechos de los extranjeros.
SCM