Dos nuevas especies de agave fueron descubiertas en Chiquilistlán y Tapalpa, mismas que pueden reproducirse con fines ornamentales o decorativos.
Fueron científicos del Centro Universitario de Ciencias Biológicas y Agropecuarias (CUCBA) los que descubrieron estas especies de agave endémicas, pues solo se pueden encontrar en Jalisco ya que son las características únicas que se presentan en ese habitad.
Las especies que descubrieron son Agave servandoana y Agave martaelenae, y según José Antonio Vázquez García, uno de los descubridores de estas plantas, se sospechaba que los agaves eran de la especie Agave pedunculifera.
“Es inconcebible que una planta que crece allá, entre el musgo y al pie de la montaña, vaya a ser lo mismo que tenemos aquí en los bosques de pino y encino en la región de Tapalpa o Chiquilistlán; son hábitats muy diferentes”, dijo José Antonio Vázquez García.
El espécimen de Agave servandoana fue enocntrado en afloramientos de roca calcárea, mismo que según los datos de los que lo descubrieron, florecen de noviembre a enero.
La segunda especie de Agave descubierta, la martaelenae, florece en la subcuenca hidrográfica de Jiquilpan, y florece entre noviembre y febrero; este agave se puede instalar en paredes basálticas, lo que complicó la obtención de muestras de la especie.
“El Agave martaelenae es precioso, tiene hojas muy anchas, enormes, color verde azulado y sus frutos son alargados, cilindroides. En cambio, el Agave servandoana tiene hojas delgadas, más cóncavas, como acanaladas y de color oliváceo, y tiene sus frutos como ovoides”, dijo Vázquez García.
MQ