Los poblanos disfrutaron de una tarde de tradición con el pasacalles 'entre vivos y muertos' que se realizó en el Centro Histórico de Puebla.
El recorrido comenzó en la Casa de Cultura ubicada en la calle 5 Oriente y se dirigió hacia San Pedro Museo de Arte. La marcha estuvo acompañada de música tradicional de la temporada de Día de Muertos, por lo que más de 100 familias se cautivaron con los atuendos mexicanos y el sonido del mariachi que convirtió al primer cuadro de la ciudad en una fiesta.
Algunos de los asistentes acudieron disfrazados y con calaverita en mano para presenciar el paso de los catrines y catrinas que se lucieron, mientras al fondo se escuchan melodías como Llorona.
Durante el desfile, Martha Ornelas, titular de la Secretaría de Turismo y Sergio Vergara, titular de la Secretaría de Cultura, repartieron dulces a los asistentes, por lo que la festividad tuvo una mayor integración de las familias. En entrevista, el secretario de Cultura dijo que esta actividad promueve las raíces mexicanas.
“Es que vayas conviviendo entre esta parte que son las tradiciones y el orgullo de las fiestas de los difuntos” mencionó.
Estefanía Tosti fue una de las catrinas que desfiló con un gran vestido diseñado con chiles secos; ella compartió que tardó más de dos semanas para alistar su vestuario, incluso, invirtió un par de horas para perfeccionar el maquillaje.
“Me siento muy contenta y muy orgullosa de mostrar parte de nuestra cultura… Estoy emocionada de que los demás vean mi vestido, veo que les gusta y por eso participo para mostrar la creatividad que tengo”, expresó.
También indicó que su atuendo requirió que destinara 2 mil 500 pesos, y fue su hermana Fátima quien le ayudó a prepararse para la ocasión. Explicó que tuvieron que desvenar los chiles y después pegarlos uno por uno en el abanico, sombrero y vestido.
Otra de las participantes fue María José Tapia, quien portó un vestuario de vaca. Comentó que acudió acompañada de su madre y sus tíos quienes le fomentan la importancia de las tradiciones y participar, ya que a través de estas actividades se fomenta la convivencia familiar.
“Yo vine de vaca, quería algo diferente porque todos vienen de catrines, pero quise participar porque mi mamá me ha comentado la importancia de participar y seguir con las tradiciones”, explicó.
Luego de presenciar el desfile las familias se dispersaron por las calles del Centro Histórico, algunas acudieron al zócalo donde se tomaron fotografías y algunos niños aprovecharon la ocasión para pedir dinero o dulces para su calaverita.