En las ofrendas por Día de Muertos, las calaveras son un elemento fundamental, que representa a los difuntos quienes vienen a convivir con los vivos el 1 y 2 de noviembre. ¿Te has preguntado cómo es su proceso de elaboración?
Las calaveras de azúcar requieren una fabricación artesanal. Lo primero que se necesita es una mezcla de azúcar, agua y un poco de limón.
Luego de estar bien mezclados estos ingredientes, se vierte el azúcar en moldes, que ya contienen la forma de la calavera.
Después, se realiza el proceso de desmoldeo, para que salga la forma del cráneo hecho totalmente de azúcar.
Es ahí cuando viene la parte creativa, con el decorado; para este, se utiliza azúcar glas, limón y clara de huevo.
“No se rompen ni se descomponen, incluso por años. Esto se logra con un buen cocimiento y sacar el punto exacto para que la mezcla quede completamente dura y tenga un buen tiempo durabilidad. El azúcar puede empezar a oscurecerse, pero se puede mantener”, dijo a TELEDIARIO Guillermo Jiménez, fabricante de calaveras.
Calaveritas, su origen
Para los antiguos mesoamericanos, la muerte era sólo la conclusión de una etapa de vida que se extendía a otro nivel. En la práctica era común conservar cráneos y mostrarlos durante los rituales que simbolizaban el término de ese ciclo.
La Secretaría de Cultura indica que la llegada y conquista de los españoles, los rituales que iban en contra de los preceptos de la religión católica fueron prohibidos y en muchos casos, ante la resistencia de los pueblos indígenas por eliminarlos, se sustituyeron por otros.
Es el caso de los dulces en forma de cráneos que sirven para recordar a los muertos y el destino que todos compartiremos y mantiene las tradiciones del país.
COG