Ana Jimena Téllez Ramos, docente de la Facultad de Psicología (FaPsi) de la Universidad Autónoma de Nuevo León (UANL) señaló que en la temporada de invierno, en especial la navideña, de fin de año y en enero, los casos por problemas emocionales y de depresión se van al alza.
Reiteró que se trata de una época en la que el estrés, frustración, desgaste y desánimo se hace más presentes en algunas personas, sobre todo en aquellas que están lejos de su familia, que no tienen una buena relación familiar, que tienen problemas económicos o que están pasando por un proceso de duelo.
“En diciembre y enero es cuando tenemos más altos casos de problemas emocionales, sintomatología, que las personas que tienen más tendencia a estados depresivos profundizan más, se le llama Trastorno Afectivo Estacional”.
“Hay personas que ya tienen un patrón que en la temporada navideña, Año Nuevo y enero se incrementa, por eso el Día Mundial de la Lucha contra la Depresión es el 13 de enero, porque en estas fechas es cuando se elevan los reportes de casos de depresión”, subrayó.
Mercadotecnia influye en Navidad
El principal problema que tiene que ver con la Navidad, recalcó en entrevista para la plataforma MILENIO-Multimedios, son las expectativas, dado que la mercadotecnia influye mucho.
“Otro factor es que estamos en cierre de año y mucha gente ya viene con un agotamiento crónico de todo el año y están anhelando terminar, pero empieza la insatisfacción de ‘¿qué hice este año?”.
“Mucha gente empieza en este periodo a reflexionar sobre metas que no cumplió y eso genera frustración”, indicó.
De igual forma, añadió, en este periodo se activan más los procesos de duelo, y es una época en la que se presenta un mayor consumo de alcohol.
“A nivel psicológico son las expectativas, lo que yo creo de ‘¿cómo debe ser mi Navidad perfecta?”.
“Y en Navidad, como está la expectativa de la unión familiar, se activan más los duelos, porque extrañamos más a las personas que ya no están, porque en teoría esperamos en esta temporada estar con todos los que queremos, y todo esto lleva a mucha presión”, precisó.
¿Cuáles son los síntomas a ponernos alerta?
Dentro de los síntomas, comentó, se puede observar una mayor tensión en las personas, o que están más ansiosas, malhumoradas, apáticas, indecisas y con problemas de sueño.
“Hay que darse cuenta si empezamos a tener sentimientos de desesperanza, de culpa, observar esos sentimientos y darnos cuenta si estamos cayendo en una idealización de expectativa”, manifestó Téllez Ramos.
Si la persona percibe estos síntomas o uno los detecta en algún ser querido, la docente de FaPsi compartió algunas recomendaciones.
“Las recomendaciones son: trabajar en la aceptación, no idealizar la Navidad; la segunda es la gratitud, darnos cuenta de lo que sí tenemos”, puntualizó.
elmm