A sus 74 años, Don Ignacio Hernández emprendió una emotiva peregrinación a la Basílica de Guadalupe cargando consigo una pequeña urna con las cenizas de su esposa, Concepción Martínez Cortés, quien falleció en febrero de este año.
La devoción y el amor que compartieron se hicieron presentes en su travesía desde la comunidad de Miguel Hidalgo, Puebla, hasta la Ciudad de México, con el objetivo de agradecer a la guadalupana otro año más de vida y salud.
"Mi esposa venía conmigo hace un año y se me murió. Y ahorita aquí la traigo", compartió don Ignacio con la voz entrecortada mientras mostraba la urna.
Don Ignacio peregrina desde hace 50 años a la Basílica de Guadalupe
En un video compartido por el usuario de TikTok, Señor Click, Don Ignacio explicó que lleva alrededor de 50 años haciendo la tradicional peregrinación, décadas en las que su esposa, preocupada por su bienestar y salud, le recomendaba que ya no fuera, terminando en ser su acompañante.
“Yo he venido como 50 años. Ella me decía: 'ya no vayas, ya no vayas'", afirmó el peregrino, quien comenzó esta tradición a los 23 años.
La pareja peregrinó junta durante al menos cuatro años, pero la enfermedad de doña Concepción le impidió seguir acompañándolo en los últimos años, falleciendo en este 2024.
Sin embargo, este 2024, Don Ignacio decidió traerla simbólicamente para cumplir con su promesa de acudir a la Basílica con ella. A su lado, su nieto y un amigo cercano lo acompañaron en esta ocasión.
"Porque sí, veníamos siempre, siempre veníamos", agregó con nostalgia.
Don Ignacio peregrina para agradecer a la Virgen de Guadalupe
A diferencia de otros feligreses que acuden a la Virgen de Guadalupe para hacer peticiones, Don Ignacio asegura que no busca nada para sí mismo, solamente acude a agradecer a la “morenita” por darle salud, además de otorgarle el reino de los cielos a su esposa, dejando de darle dolor en vida por su enfermedad.
"Yo nomás le vengo a dar gracias de lo que me da todos los años. Y me da salud, que es lo que más me vale", expresó con firmeza.
La historia de Don Ignacio refleja la fe, el amor y la constancia de miles de peregrinos que año con año se reúnen en la Basílica para agradecer a la Virgen. Su caminata no sólo simboliza una devoción religiosa, sino también la fuerza de una promesa y amor inquebrantable, manteniendo viva la memoria de su esposa.
A pesar de su edad, Don Ignacio no muestra señales de dejar de ir a la Basílica. Su travesía es una muestra de amor eterno, donde la fe se convierte en el motor que lo impulsa a continuar.
"Todavía tengo fuerza... hasta que Dios me quite la vida", afirmó decidido.
AFV