En compañía, la señora María de los Ángeles, de 88 años, acudió a votar a la casilla 1475 de la cabecera municipal de Viesca, Coahuila, tal como lo ha hecho desde que el sufragio femenino en México se emitió por primera vez en el año de 1955.
Con la misma convicción de sus años mozos cuando militó en un partido político, ahora en su silla de ruedas, se levantó tempranito para arreglarse con la ayuda de su hija Grisalba, quien desde hace 10 años se encarga de llevar a su mamá para ejercer su derecho al voto, sobre todo porque toda la vida le inculcó la importancia de votar.
‘Aún me siento priísta’
“Siempre he votado, lo he aprovechado”, expresó como pudo doña María de los Ángeles. “Cuando supimos que ya podíamos votar yo tendría unos 18 o 19 años y ya no fallé”, dijo, para luego asegurar que aún se siente simpatizante y militante del mismo partido por el que siempre ha votado y en el que intervino en diferentes etapas. “Aún me siento priísta”.
Su hija compartió que desde que se acuerda que desde que era pequeña veía que su madre siempre tuvo el interés de andar en la política. Además, comenta que en cada oportunidad le decía lo que representaba tener el derecho al voto, a elegir.
‘Siempre nos inculcó el votar’
“Donde quiera andaba y nunca faltaba a votar. Eso me sirvió a mí para entender el porqué es importante votar, siempre nos inculcó eso. Ella solía venir sola pero desde hace diez años yo me encargo de traerla luego que tuvo un accidente, es algo que ella me agradece a su modo”.
Destacó que así como su madre, hay muchas mujeres en el municipio que no desaprovechan la oportunidad de hacer válido el sufragio, y aunque pasan los años acuden como doña María, con el apoyo de sus hijos cumplen con el valor cívico que representa cumplir con la democracia de México.
JVS