Desde hace más de 18 años, Alejandro Silva Soto y su familia se han dedicado a restaurar figuras de Niño Dios en el mercado de Amalucan en la ciudad de Puebla.
Cada año, de enero a febrero, esta familia poblana recibe las imágenes religiosas que por alguna razón sufrieron fisuras o se quebraron, pero que por un significado sentimental, en algunos hogares deciden conservar y envían a reparar.
En entrevista para TELEDIARIO, el restaurador compartió que su suegra se dedica a la venta de ropones para los Niños Dios, por lo que desde tiempo atrás viajaba a la Ciudad de México para adquirir la mercancía, de ahí surgió su interés para aprender este oficio.
Con el paso del tiempo, le tomó cariño a esta labor, la cual inculcó a su esposa e hijas, quienes ahora le ayudan. De esta manera, la restauración se volvió una segunda fuente de ingresos para esta familia.
“Mi suegra es la que se dedica a vender la ropa para vestirlos y yo iba por la ropa a la Ciudad de México y decidí aprender para que las personas encontraran todo aquí, así nosotros los vestimos, pero también si es necesario los reparamos”, comentó.
Expresó que algunas familias católicas, por respeto, evitan deshacerse del Niño Dios cuando este se ha roto, no obstante, la mayoría de sus clientes buscan la manera de repararlo por el valor sentimental. Comentó que ha reparado figuras con más de 80 años de antigüedad.
Alejandro ha reparados Niños Dios de todos tamaños, incluso, aquellos que han perdido una mano o pie. A todas las figuras las somete un proceso de reparación hasta que quedan listos para volver a proteger a las familias.
“El niño que trae lo reparamos, lo pintamos de los mismos colores para que quede a como usted lo recuerda, siempre a los clientes les digo, yo se lo voy a dejar bien guapo”, expresó.
Indicó que trabaja cualquier tipo de material, sus precios accesibles, lo más sencillo lo realiza por 100 pesos. En cuanto al tiempo de reparación, comentó que depende el daño de la imagen, pues, puede tardar desde un día hasta una semana.
Explicó que en sus años de experiencia, las manos y los pies son los más afectados, y es lo que más repara. Mencionó que aunque todo el año se dedica a este oficio, los primeros días de diciembre y de febrero es cuando más trabajo tiene.
Personas de otros estados incluso han visitado Puebla buscándolo, para que repare no solo niños dios sino, cualquier figura. A decir de Alejandro, teniendo paciencia y amor al trabajo siempre hay maneras de cumplir.
GO