El downhill es un deporte que ha ganado terreno en diversas parte del mundo; los ciclistas extremos ponen a prueba sus habilidades, mientras intentan superar pruebas en el menor tiempo posible.
Este deporte inició en los años 70 en Estados Unidos, cuando los jóvenes hacían sus propios retos en motocicleta. Poco a poco fueron perfeccionando la práctica y cambiaron los vehículos de motor por bicicletas. No obstante, los obstáculos cada vez han ido incrementando de dificultad.
El downhill se expandió por todo el mundo y en México no fue la excepción, los múltiples paisajes naturales y las estructuras arquitectónicas se han vuelto el escenario perfecto para los amantes de este deporte extremo.
Diego Hernández es un joven que impulsa esta práctica en Atlixco, municipio del estado de Puebla. Diego y sus amigos, con quienes comparte el gusto por el deporte en bicicleta, podrán ser vistos practicando en las calles de ese pueblo mágico.
Ruta downhill en Atlixco
En Atlixco, los próximos 29 y 30 de abril, Diego y cientos de deportistas se van a enfrentar en una ruta que irá desde la cima de iglesia de San Manuel; pasará por las icónicas escaleras de Atlixco y el reloj monumental, hasta bajar al Zócalo del municipio.
Aunque el recorrido parece sencillo, el reto será de grandes dimensiones, pues no solo serán las estructuras arquitectónicas habituales las que tendrán que sortear, también se añadirán obstáculos, rampas y más elementos que pondrán a prueba su destreza.
A decir de Diego, aunque durante los tres años que lleva practicando este deporte ha sufrido varios percances, entre ellos un esguince en el brazo, el amor por el deporte y la convicción de volverse un referente del downhill en Atlixco y todo México, lo sigue llevando a subir a una bicicleta para enfrentar cualquier reto.
El downhill es un deporte que además de permitir a los jóvenes desenvolverse en un entorno competitivo y de ejercicio, también los lleva a conocer a diferentes personas de distintos puntos del país y del mundo; por ello, don Gabino Hernández, padre de Gustavo, acepta que es un orgullo ver a su hijo trabajar cada día por alcanzar sus sueños.
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