Para integrantes de la comunidad LGBT en Durango, no fue nada fácil el afrontar con la sociedad sus preferencias sexuales y dejar a un lado los estereotipos.
Dentro de las dificultades de ser miembro de la diversidad sexual, se encuentran conflictos con la familia, discriminación de las amistades y en general rechazo de la sociedad al no seguir los estereotipos marcados por las tradiciones.
Como bien es sabido, la comunidad LGBTIQ, aglutina a una gran cantidad de formas diferentes de expresar y sentir amor o atracción a otra persona, sea su género masculino o femenino.
Sin embargo, esto último no los define. Brenda Daniela Solís y Carlos Díaz, son integrantes de la comunidad bisexual que, a diferencia del resto de los LGBT, ellos inclinan sus preferencias a los géneros masculino y femenino.
Aseguran que, desde pequeños, habían experimentado el gusto por ambos sexos, pero explicarlo a sus familias fue lo más complicado, por el temor al rechazo y qué dirían sus integrantes al no seguir el modelo tradicional de la familia.
En el caso de Daniela, explicó que ella tuvo la oportunidad de compartir una relación heterosexual con otra persona, pero aseguró que muchas personas creen que por el simple hecho de ser bisexual se tienen varias parejas de ambos sexos simultáneamente, hecho que condenó y negó rotundamente.
Aconsejó a las personas a ser libres y vivir felices, sin embargo, a quienes deseen definirse en alguna de las formas de la comunidad, busquen ayuda psicológica, un soporte y que así logren seguir su camino de forma abierta y sin prejuicios.