Migrantes que van de paso por la Comarca Lagunera decoraron con escarcha y objetos reciclados la malla perimetral de la antigua estación de Gómez Palacio ubicada en el sector centro de la ciudad, lugar en el que pernoctan más de 30 personas.
Hombres, mujeres y niños provenientes de Centroamérica y distintos estados de México decidieron materializar la esperanza de pasar una feliz navidad adornando con material que recolectan en la pepena una parte de la malla perimetral que divide el lugar donde duermen de las estrepitosas vías por donde pasa el tren que aseguran los llevará a cumplir el sueño americano.
Wilmar Alexander tiene 45 días viajando, su sueño es llegar a Estados Unidos, en su trayecto le tocó bajar del tren en la ciudad de Gómez Palacio, donde encontró una comunidad que lo arropó y le recordó la importancia de vivir las fiestas decembrinas en comunidad.
“Llevo 45 días viajando, llegué a la ciudad de Gómez Palacio antier. La gente me ayuda aquí gracias a Dios, yo quisiera decirles que feliz navidad, extraño mucho a mi familia, me da mucha esperanza ver a mi Dios, tengo esperanza para seguir con mi camino, quisiera pasar una feliz navidad, tengo un hijo y estoy haciendo este viaje por él…Es muy difícil pasar estas fechas sin ellos”, mencionó Wilmar mientras rompía en llanto.
Para Gerardo Alonso Moreno Morales, quien fue deportado hace un año y en su camino de regreso, el tren le cercenó una pierna y un brazo, no pasar la navidad a lado de su familia es sumamente difícil, sin embargo no pierde la esperanza de que ocurra un milagro y alguien le ayude a llegar a la capital de Durango de donde es oriundo.
“Cuando pasó mi accidente yo venía de Piedras Negras, ya me habían deportado de Corpus Christi, yo crucé cuatro veces, pero me agarró la migración y me aventó para México y aquí fue mi desgracia ahí me caí porque estaba entumido de la pierna. Le voy a ser sincero porque no tengo pelos en la lengua, es una chulada eso, me gustaría estar con mi familia, con mi tía”, mencionó el hombre que ahora vive atado a una silla de ruedas.
Aunque no es un refugio y los migrantes duermen prácticamente cobijados por las estrellas, un grupo de laguneros sin hogar tomó las riendas de este lugar, para mantenerlo en orden y con respeto, priorizando la sana convivencia.
“Eso es lo que pasa, nosotros aquí en las fiestas navideñas nos cooperamos, compramos bolos, vamos haciendo una posadita, aproximadamente somo como 30 y sí, aquí nos quedamos, aquí al aire libre. Es muy difícil, pero tenemos que echarle ganas, en veces que un compañero está enfermo pues tenemos que echarle la mano…Nosotros somos como una familia”, dijo Edgar Muñoz, uno de los líderes del lugar.
Los migrantes relatan que todos los artículos con los que decoraron la malla ciclónica fueron encontrados por ellos mismos en la basura, incluso hay material reciclado como cartón, rafia y bolsas a las que ellos mismos les dieron forma de una silueta de pino de navidad.
Para los migrantes, los adornos navideños representan la añoranza de estar al lado de su familia y la esperanza de pronto estar del otro lado de la frontera, cumpliendo lo que ellos catalogan como el sueño americano.