En Durango se encuentra Don Leopoldo, que a sus 92 años continúa buscando la manera de subsistir vendiendo fruta de temporada en la esquina del Bulevar Domingo Arrieta y la Calle de Ocampo en el Barrio de Tierra Blanca.
Durante la tarde del día de antier, el regidor Antonio Morales Guzmán tuvo la oportunidad de ver lo difícil que era ganarse la vida esta manera y, es por eso que el día de hoy le instaló un mini tianguis de ropa en la Plaza de Armas de Durango, para que todo lo que recabe sea para él.
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Según lo descrito por Don Polo, como sus amigos le llaman, gracias a acciones como estas es que ha podido recorrer gran parte de la República Mexicana y el vecino país del norte, sin embargo, sus viajes no han sido solamente de placer, ya que, también tenían el objetivo de juntar el dinero suficiente que le permitiese mantener a su, entonces esposa e hijos.
“Yo me acuerdo que cuando trabajaba en el ex cuartel, ahí nos contrataban los braceros para ir a la siembre y ganar dólares, nada más que, yo ya no tengo edad para ganar haciendo esas cosas, a mis 92 años la única manera que me permite subsistir es vendiendo fruta, el señor Antonio Morales me vio el día de antier vendiendo naranjas y me ayudo con esta actividad,” aseguró.
Además de eso, mencionó que espera tener ventas suficientes para comer y cenar hoy, ya que no puede costear su comida si se va. Y también invitó a las personas a comprar ropa en este momento, ya que la situación es difícil para los adultos mayores.
Asimismo, el señor Polo recuerda cómo, cuando su labor se prestaba en el vecino país del norte, una carta de su esposa lo hizo regresar, ya que, su vivienda había sido demolida por la creciente del río que, en aquel entonces se situaba en las inmediaciones del ejido Benito Juárez, obligándolo a regresar y a tener que comenzar de nuevo con el patrimonio que ya había consolidado con el sudor de su frente.
“Yo ya estaba trabajando en Estados Unidos cuando de repente me llego una carta de mi esposa, diciéndome que se había caído todo, la escuela, los caminos y nuestra casa, entonces, me tuve que regresar porque yo le mandaba los centavos a mi mujer para que fuera construyendo la casa pero pues se nos vino abajo por el terreno en donde estábamos y tuve que buscar la manera de ganarme el dinero, por eso, desde aquel entonces yo ya andaba viendo la manera de traer manzana y nuez para venderla en el mercado o en la calle y, así es como sigo al día de hoy,” recordó.
Posteriormente, Don Polo señaló que, así como le gusta trabajar y ganarse su propio dinero, también le gusta darse sus lujos, es por esto que, constantemente visita los tacos de barbacoa de la colonia Azcapotzalco, come sus gorditas de guiso en la colonia del Refugio y, finalmente termina con un paseo calmado y tranquilo sobre la Plaza de Armasde Durango para, posteriormente, regresar a su hogar y volver a comenzar con su jornada laboral que, consiste en vender su fruta en el Barrio de tierra Blanca.