Durante la época del Porfiriato, cerca del corazón de la ciudad de Puebla fue construido un edificio que evoca a Francia: el edificio Jenkins.
La historia de esta hermosa construcción data del final del siglo XIX e inicios del XX; el impactante diseño art nouveu se le debe a la firma alemana Schwartz & Meurer, quienes se encargaron de edificar la torre Eiffel, por ello, se creía que la herrería usada para emblemática obra francesa había sido usada para el proyecto poblano; lo cierto es que material llegó a México a través del puerto de Veracruz.
De almacén La Ciudad de México a Las Fábricas de Francia
La propiedad ubicada en la esquina de las calles 2 Norte y 2 Oriente en el Centro Histórico de Puebla, le perteneció al grupo francés Los Hermanos Lions. El magnífico proyecto era cautivante, como de ensueño porque adentrarse entre los pasillos del inmueble era transportarse a París, pero estando en territorio mexicano.
Debido al éxito del negocio, los dueños decidieron extender la construcción, por lo que fue reinaugurado con nuevo toque más 'afrancesado', así el 21 de febrero de 1910, Puebla conoció el edificio que hoy apreciamos al caminar a unas cuadras del Zócalo.
Sin embargo, tras la Revolución Mexicana, de la cual, Puebla fue cuna, el inmueble quedó en posesión del empresario William O. Jenkins, quien al adquirirlo le dio el nombre de Las Fábricas de Francia en 1926, pero para lograrlo se hicieron algunas destrucciones al interior. El negocio funcionó hasta la década de los años 50, después fue donado a la Fundación Mary Street Jenkins, organizada por él.
Años después, un nuevo proyecto surgió: Almacenes Blanco, un lugar en el que los poblanos acostumbraban realizar sus compras para el hogar, pero su historia terminó en los años 70 con la liquidación del personal laboral. En 1989, el edificio albergó a Vips, la famosa cadena de restaurantes.
En el año 2009, la planta alta del inmueble fue habilitada para la creación de la Capilla del Arte de la Udlap, un espacio para apreciar exposiciones artísticas, además cuenta con columnas de hierro, pisos de madera y grandes ventanales.
Cerca de 2017, el edificio Jenkins albergó una nueva franquicia: la cafetería Starbucks.
Cabe resaltar. que en 1983, el Instituto Nacional de Antropología e Historia de México declaró al edificio francés como monumento histórico por considerarlo un ejemplo de la vanguardia arquitectónica con visión modernista del México de principios del siglo XX.
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