A tan solo unos días de que se realice el cierre hidráulico de la presa Libertad, ejidatarios de la comunidad El Alto en Montemorelos, acudieron a las instalaciones de Agua y Drenaje de Monterrey para negociar, una vez más, la indemnización a cambio de sus propiedades.
Este lunes 10 habitantes de aquel poblado recibieron nuevamente un ofrecimiento económico para desalojar sus tierras y poder colocar las compuertas del embalse para que el agua comience a ser almacenada.
Sin detallar cantidades, los ejidatarios expresaron a Telediario que la oferta les sigue pareciendo injusta al igual que hace tres años.
Relataron fuera de entrevista que, hasta ahora, ni Agua y Drenaje ni Conagua les ha explicado cuál fue el método o en qué se basaron para evaluar sus propiedades.
De lo que sí están seguros, es que solo les tomaron en cuenta los metros cuadrados de la propiedad, más no las hectáreas donde se dedicaban a la agricultura y la ganadería.
La comunidad de El Alto, es un ejido que está ubicado justo en medio del vaso de la Presa, por lo que los solares y los tejabanes quedarán algún día bajo el agua, por lo que ya no pueden ser habitados.
Tras varias horas en las oficinas de la colonia Obispado, los ejidatarios regresaron a su comunidad con las negociaciones aún abiertas, aunque reconocieron que difícilmente les mejoren la oferta.
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En los próximos días, el Gobierno del Estado realizará el cierre hidráulico de la presa Libertad, con esto, el embalse comenzará a captar el agua del Río Potosí, aunque actualmente, dicho cauce se encuentra totalmente seco.
Acompañados del señor José María, un habitante del Ejido La Ozada, se realizó un recorrido por el río para observar las condiciones actuales, días antes de que el afluente sea obstruido en su totalidad por las compuertas de la presa Libertad.
¿Cómo ve las cosas hoy en día?, se le cuestionó.
"Pues yo pienso que, en primera instancia, toda la vegetación que hay en el lecho del río se va a secar, va a morir, además, los mantos acuíferos se van a secar y al rato nos va a faltar el agua hasta para tomar, no solo para los animales.
"Ya tenemos tiempo de padecer la falta de agua y aunque nos manden pipas, no es lo mismo. Nosotros ya no podemos dedicarnos a la agricultura, porque si sigue seco pues no se va a lograr la cosecha, solo queda pedirle a Dios para que llueva", señaló.
Con el río prácticamente seco, el pronóstico de captación no es favorable, y un panorama aún peor, es el que les espera a los pobladores de ejidos como La Ozada, Buena Vista y otras comunidades aguas abajo de la Presa, que, si de por sí ya padecen de falta de agua, cuando esta quede almacenada en el embalse, será peor para ellos.
mvls