Emilio Betancourt es un hombre de 26 años, originario de Jalisco, que lleva la mitad de su vida luchando contra todo tipo de dificultades para su salud, luego de haber sido diagnosticado a sus 13 años con cáncer de hueso.
Hace un año tomó la decisión de dejar el tratamiento, por lo que sabía que esto pondría en marcha su cuenta regresiva, pero dejó de vivir con miedo y ha aprovechado cada una de las oportunidades que le presenta la vida, como vivir la experiencia de ser piloto de avión por un día.
“El día de hoy estoy seguro que tomé la decisión correcta al decidir luchar, al decidir vivir, tomé la decisión correcta, hoy un año después de haber dejado el tratamiento, puedo decir que valió cada segundo el dolor que pagué, ha valido cada segundo y día, sobre todo como este que son especiales que no son ni lunes y martes de cada semana, que estos días especiales. Vale la pena lucha porque tarde o temprano vuelve a amanecer”, comentó Betancourt.
La emoción de Emilio era notoria cuando estaba arriba el avión, ya que incluso aprendió una maniobra de vuelo que le dicen “caballito” con ayuda del piloto profesional, la cual consiste en un desplome, dejar que a la aeronave se le vaya la velocidad para que caiga y se experimenta la gravedad cero.
Betancourt nunca creyó que algún día le dejarían tomar el volante de un avión en pleno vuelo.
“O sea, yo no sabía que iba a agarrar el control de la nave, una cosa es volar, que está increíble, que está muy padre, porque no es lo mismo que volar, pero una cosa completamente distinta es agarrar el volante y que Paco te diga ‘date, gira, dale a la izquierda, derecha, arriba, abajo’”, expresó el hombre.
Emilio reiteró para todos aquellos pacientes con enfermedades terminales que vivir con miedo no es vivir, por lo que los invitó a dejar el temor a morir, y que vivan cada día de su vida al máximo y cumplan sus sueños, así como lo dice en cada una de sus conferencias: “El presente es hoy, ahora y está aquí”.
“Hay que tomar todas las experiencias, todas las oportunidades y vivir cada día como si fuese el último (…) La vida es muy corta, la música se acaba y lo mejor que podemos hacer es seguir bailando”, comentó Betancourt para alentar a otras personas.
AA