Con celulares reciclados, un trozo de madera y un acrílico, investigadores del Laboratorio de Pruebas Ópticas de la Facultad de Ciencias Físico Matemáticas (FCFM) de la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla (BUAP) construyen microscopios escolares.
Los equipos desarrollados en las instalaciones de la máxima casa de estudios son entregados a escuelas del nivel básico y medio superior, donde los estudiantes pueden observar bacterias, células de cebolla o jitomate, alas de mosca, entre otros.
De acuerdo con información de la BUAP, el programa "Reciclando un celular para construir un microscopio escolar" ha permitido la fabricación de 1 mil 064 equipos en cuatro años, incluyendo el período de la pandemia de la Covid-19.
El proyecto es encabezado por Alberto Cordero Dávila, investigador de la FCFM, quien, junto con sus estudiantes, extrajo la lente de la cámara de un celular en desuso para utilizarla como lupa.
Durante un curso de Óptica en la unidad académica de la BUAP, uno de los estudiantes utilizó su celular para tomar una fotografía de una pulga. A partir de esta experiencia, se construyó el primer microscopio escolar.
Después de comprobar su funcionalidad, el investigador buscó extender este proyecto en beneficio de otras instituciones y, a través de talleres, comenzó a capacitar a profesores de nivel medio superior para que pudieran crear sus propios microscopios y transmitir este conocimiento a sus estudiantes.
Hasta ahora, se han construido microscopios escolares que son utilizados por estudiantes de diversos municipios poblanos, como San Pedro Cholula, Tonantzintla, Atlixco, Tecuanipan, Zacatlán, Xicotepec de Juárez, Huejotzingo, Atempan, Chilchotla, San José Acateno, Pahuatlán y Zapotitlán, así como del estado de Oaxaca.
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Cordero Dávila explicó que la mayoría de las clases de Biología se imparten solo con dibujos o fotografías de células, bacterias y otros materiales que no son visibles a simple vista. Con los microscopios escolares, los estudiantes pueden observar bacterias y otros organismos.
En la actualidad, el costo mínimo de un microscopio escolar en el mercado es de alrededor de 6 mil pesos, y la mayoría de las escuelas no puede adquirirlos con sus propios recursos, especialmente si se necesitan al menos 10 de estos dispositivos para cada práctica de laboratorio.
Ante la necesidad de estos equipos, el investigador de la BUAP está promoviendo la creación de microscopios escolares de bajo costo, con el objetivo de despertar el interés de los niños y jóvenes por la ciencia.
Además, el Laboratorio de Pruebas Ópticas de la FCFM impulsa el programa "Del Aula al Universo", que ha construido y distribuido más de mil telescopios en diferentes estados de la República Mexicana durante 25 años.
"Ambos programas, ejemplos de vinculación y compromiso social, fomentan vocaciones científicas y proveen a las escuelas secundarias y preparatorias, principalmente públicas, de los instrumentos necesarios para el proceso de enseñanza - aprendizaje", destacó la BUAP.
ERV